(Versión analizada: Stadia)

La compañía australiana The Voxel Agents nos trae un juego de puzles cortito aunque original y divertido, con una mecánica temporal que puede recordarnos, desde la lejanía, a juegos como Braid o algún Prince of Persia.

The Gardens Between nos presenta a Arina y Frendt, dos amigos que pasan el rato en una de esas «casas del árbol» que tan acostumbrados estamos a ver en productos estadounidenses. Ambos se ven transportados de repente a un mundo de fantasía, más bien simbólico, formado por sus recuerdos conjuntos.

Es a partir de aquí cuando el jugador toma control de la situación. Y por extraño que pueda parecer, no vamos a ponernos en la piel de ninguno de los dos protagonistas…

¿En qué consiste?

Arina y Frendt tienen que colaborar para superar los puzles planteados en cada una de las fases de este mundo de los recuerdos. Hasta aquí, lo previsible. Sin embargo, como dije antes, no es nuestra tarea, como jugadores, manejar a los dos amigos, pues ellos se mueven por su cuenta, siguiendo una serie de movimientos predeterminados. Esto puede causar que acaben en un callejón sin salida, atascados, sin posibilidad de avanzar. Ésa es la gracia, claro.

Y es aquí donde intervenimos nosotros. Tenemos la posibilidad de retroceder en el tiempo a voluntad, así como de parar el tiempo, con la esperanza de hallar elementos que yo he definido como «constantes». Es decir, cosas que se mantienen ajenas al bamboleo del tiempo, o que no siguen el flujo que nosotros consideramos normal.
Pongo un ejemplo rápido para que se entienda: Arina, que suele llevar un farol en las manos, puede pasar por alto una luz con la que despejar el camino de más adelante. Lo único que tenemos que hacer es devolverla hasta ese punto concreto, con el tiempo parado, y hacer que la luz mágica, ajena al paso del tiempo, como ya comentaba, se propague al farol antes de que la chica prosiga con su camino.

Lo habitual es que, al volver a avanzar en el tiempo, los chicos repitan el mismo proceso, ya sea con posibilidad de seguir avanzando o no. Sin embargo, también se puede dar el caso de que algunos de los cambios que hemos provocado hayan abierto nuevos caminos o cerrado otros, por lo que Arina y Frendt cambiarán sus acciones posteriores. Como podéis ver, tiene cierta complejidad dentro de su simpleza.

¿Cuáles son sus puntos fuertes?

Con muy poco, usando solo dos botones, han sabido crear puzles originales y con resoluciones variadas.

La dificultad está muy bien ajustada. Basta con examinar bien el escenario y darle un poquito al coco. La única vez que me quedé atascado largo rato fue culpa mía, por no ver algo que después me pareció obvio.

Aunque el argumento da la impresión de ser un mero trámite para presentarnos la jugabilidad, en realidad todo tiene significado, como se descubre al final del juego. Y creedme si os digo que, por poco extensa que sea su historia, la muy puñetera golpea como un mazo.

¿En qué debería mejorar?

Excesivamente corto. Tres horitas he tardado en completarlo.

El control del tiempo no es todo lo veloz que debería. A veces se hace un poco pesado retroceder y avanzar.

Valoración final

Puede parecer poquita cosa, pero The Gardens Between es un videojuego que recomendaría a todo el mundo.

Se trata de una experiencia corta, sí, pero ni mucho menos vacía. Su originalidad y el interesante planteamiento de puzles lo hacen merecedor, cuanto menos, de una oportunidad.

Y es que, cuando los desarrolladores tienen las ideas claras, queda reflejado en el producto final.