Aunque su nombre completo es «War of the Visions: Final Fantasy Brave Exvius», lo cierto es que estamos ante una obra independiente del resto de la saga, con su propia historia y sistema de juego.
Es inevitable acordarse de Final Fantasy Tactics, pues se trata de un RPG táctico. Pero no olvidemos que es un juego de móviles, con todas las peculiaridades que ello conlleva, ya que no suele ser un mercado donde abunde la originalidad.
Lo primero que hay que saber es que se trata de un videojuego gratuito, con micropagos opcionales, que, esto os lo garantizo, resultan innecesarios para avanzar por la historia. De lo contrario, no lo habría considerado digno de merecerse un análisis.
Historia
La paz en el reino de Leonis se ve amenazada por la alianza entre dos países vecinos: Fennes, enemigo declarado de Leonis, y Hourne, un reino que, hasta ahora, se mantenía neutral. La guerra se antoja inminente.
Cuando los exploradores informan al rey Elde Leonis de que hay invasores en la frontera, éste marcha a combatirlos junto a uno de sus dos hijos mellizos, Mont, obligando al otro, Stern, a quedarse en el castillo. Una vez allí, descubren que un lujoso carruaje está siendo atacado por un grupo de bandidos. A bordo viaja nada menos que la princesa de Hourne, Machérie. Elde y ella aceptan colaborar para deshacerse de los maleantes, mostrándose cordiales en todo momento. Tal vez así puedan evitar una guerra innecesaria.
Sin embargo, las noticias que llegan a Hourne son menos halagüeñas: afirman que Machérie y su séquito han sido secuestrados por Leonis. Ésa era la chispa que faltaba para que la paz volara por los aires.
Pero ése no es más que el primer peligro de los muchos que esperan a Mont Leonis, el que podríamos considerar protagonista principal de War of the Visions («WotV» desde ahora). Y es que el panorama político de todos los países cercanos está a punto de cambiar, alentados por la guerra…, y por la Iglesia del Cristal.
Por si eso no fuera suficiente, dentro de los muros del castillo de Leonis la situación tampoco está tranquila. Stern, harto del ninguneo constante de su padre, quien siempre lo obliga a quedarse en segundo plano pese a que todo el mundo lo considera mejor guerrero que Mont, empieza a plantearse actuar por su cuenta. En su interior se está avivando un sentimiento de odio hacia su propio padre, lo que pone en peligro, más aún que la guerra si cabe, la supervivencia de la dinastía Leonis.
Personajes
El hilo principal del argumento, la guerra en sí, no es más que una excusa para presentarnos a una ingente cantidad de personajes, que son lo mejor del juego. Aunque al principio todo gira en torno a Mont y Machérie, más adelante veremos que se forman distintos grupos, con varios frentes abiertos, y subhistorias desde el punto de vista de combatientes de todos los países. Tengo que decir que han hecho un gran trabajo aquí. Hasta los personajes a priori menos trascendentes para la trama, tienen personalidades bien definidas y resultan interesantes.
Todos esos personajes que aparecen en la historia se pueden conseguir mediante el ya famoso sistema de gacha, por lo que dependemos de la suerte para que nos toquen los que queremos en las tiradas aleatorias, a cambio de cristales. Lo mismo para los personajes de los eventos de colaboraciones especiales, como Y’shtola y Thancred de Final Fantasy XIV, o Ramza, Orlandeau y Gaffgarion de Final Fantasy Tactics. La verdad es que es muy fácil conseguir personajes, sean o no el que queremos (porque, insisto, hay muchísimos), así que no dudéis en gastar esos cristalitos.
El diseño de personajes, sexismo evidente aparte, me parece una maravilla, tanto las imágenes estáticas como las figuras en 3D que vemos durante los combates, mucho más realistas que los típicos muñecos infantilizados que se estilan en otros títulos.
Parece más un pase de modelos que una guerra, todo sea dicho, pero así funcionan los JRPG.
Jugabilidad
Como ya he dicho, se trata de un RPG táctico al uso, en el que movemos a nuestros personajes a través de las casillas del escenario, por turnos individuales. Podemos llevar hasta un máximo de seis, siendo uno de ellos de otro jugador, a elegir de entre una larga lista que varía antes de cada combate. Con esto se puede dar el caso de que llevemos nuestros personajes a nivel 30 y el sexto sea de nivel 80, lo que convierte todo el juego en un paseo. Si queréis disfrutar de la experiencia, será mejor que elijáis a alguno de nivel similar al vuestro. Pero si jugáis en automático…
No quiero mencionar tan de pasada la función automática de WotV, pues para mí ha sido algo determinante. Los combates no son tan cortos como cabría esperar de un juego de móviles, a lo que hay que sumarle las innumerables batallas extra que queramos dedicar a superar eventos opcionales, aumentar el nivel, conseguir objetos, etcétera. Como queráis hacer todas las misiones en manual, no vais a jugar a nada más en todo el año. En cambio, gracias a las batallas automáticas (y, mejor aún, a los tickets de «saltarse combates»), podéis superar absolutamente todos los retos sin necesidad de mover a los personajes. ¿Preferís jugar únicamente a las misiones de historia? ¿Las multijugador? ¿Ninguna? ¡¿TODAS?! En vuestras manos queda elegir el equilibrio que os parezca más adecuado.
Lamentablemente, no todo es positivo en el modo automático. La inteligencia artificial es muy mejorable. Puede darse el caso de personajes que se pasen todo el combate usando habilidades inútiles, algunas de las cuales no podemos desactivar, bloqueándose el paso unos a otros, e incapaces de usar correctamente las mecánicas de algunos niveles concretos, en los que puede haber trampas o casillas con distintos efectos, como abrir puertas. Eso es grave, pero no lo es menos ver a Mont Leonis todo el rato tirando piedras a los enemigos en vez de guardar los puntos de habilidad para ataques mejores…
Los personajes cuentan con varias opciones de desarrollo, que van mucho más allá de equiparles armas y accesorios. Por ejemplo, algo que a la larga resultará fundamental, es romper su límite de nivel, para así llevarlos hasta 99. Ésta es la parte que considero más fea, pues no es más que acumular objetos, sin contraparte estratégica, como sí es el sistema de jobs.
Todos los personajes cuentan con un job de inicio y otros dos que podemos desbloquear más adelante. Al subirlos de nivel conseguimos mejoras de parámetros permanentes, comunes a todos los jobs, y habilidades que podemos combinar con otras ramas. Me explico: puede que un personaje tenga magia blanca y magia negra, pero nunca podrá equiparse todos los hechizos de ambas disciplinas, así que debemos elegir si llevar todas las magias de la rama principal o si cambiar algunas habilidades por las de un job secundario.
No voy a decir que las posibilidades sean infinitas, pero es un sistema versátil.
Visiones
El «Visions» del título hace referencia a las cartas que debemos equipar a los personajes, y que otorgan todo tipo de mejoras. Aunque parezcan un elemento más de equipo, en realidad resultan determinantes. Y lo mismo para los Espers, que no sólo sirven para invocarlos durante las batallas, sino que también aumentan los atributos de sus poseedores.
Las armas, Espers y cartas de visión también suben de nivel a cambio de objetos, así que os podéis imaginar la de tiempo que hay que dedicar a recolectar materiales para tener todo a un nivel decente. Y si no os lo podéis imaginar, ya os lo digo yo: muchísimo. Incluso con las batallas automáticas se puede hacer pesado.
La verdad es que con tantísimos personajes, y con su compleja personalización, cuesta decidir el equipo principal. Pero también tengo que decir que preferiría un sistema no tan complejo, pero que no requiera repetir la misma misión mil veces para conseguir los objetos necesarios para subir el nivel de absolutamente todo. Creo que lo único que no requiere recolectar objetos es cargar la batería de móvil.
Quiero dejar esto bien claro: lo veo muy bueno como juego de móviles, más aún siendo gratis, pero no es ni de lejos el sistema que pediría en un juego de pago. A poco que queráis entrenar a más de siete u ocho personajes, se pasa de complejo, sobre todo con algunos objetos que no se pueden conseguir en las misiones, sino que dependemos de eventos especiales.
Otros modos de juego
Superar la historia, en verdad, ocupa un porcentaje bajo de juego. Salvo que juguéis únicamente por la historia, claro, cosa totalmente respetable… y hasta recomendable. Pero si queréis la experiencia completa, tenéis por delante una ingente cantidad de eventos diarios, semanales y mensuales, incluyendo combates de gremios (avisad si jugáis, para meteros en el mío), enfrentamientos jugador contra jugador y misiones cooperativas con hasta tres aliados.
Si os recomiendo WotV, desde luego, no será por estos modos de juego. El PVP puede resultar frustrante debido a los emparejamientos con rivales desnivelados. Resulta imposible ascender de rango a causa del abismo que separa a los jugadores de pago de los que gastan poco o nada. El cooperativo, que podría ser lo mejor, funciona fatal y se cuelga cada dos por tres.
Las misiones opcionales interesantes se cuentan con los dedos de las manos. Ni siquiera hacen falta los de los pies. Las demás son pura recolección, y no aportan absolutamente nada. Típico de videojuego tóxico, un estilo aborrecible al que, por desgracia, ya nos hemos acostumbrado.
Conclusiones
War of the Visions es un buen RPG táctico, gratuito, en perfecto castellano, con un aspecto visual precioso, un argumento entretenido y muchos personajes interesantes. Os lo recomiendo a poco que os guste el género.
Todo lo demás, únicamente podría tener sentido si os apasionan los RPG tácticos. Es decir, si os gustan mucho mucho, pero que mucho, tanto como para estar dispuestos a gastar varias horas al día durante meses. Y fijaos que he dicho «podría tener sentido», y no «os lo recomiendo», pues jamás os recomendaría jugar a nada que dependiera de recolectar objetos como robots programados para ello, esclavos de un juego, repitiendo las mismas acciones día tras día. En mi caso, el combate automático es lo que mantiene mi interés.
Ni siquiera la banda sonora rinde como cabría esperar de un Final Fantasy. La veo muy simple y limitada. Si se queda en la cabeza, cosa que no me ha pasado, es por repetición de los mismos temas una y otra y otra vez, no por calidad. Tengo que confesar que tardé poco en silenciar el juego para poner mi propia música o podcasts.
Si siguen haciendo videojuegos así, está claro que es porque les compensa. Mientras haya idiotas dispuestos a pagar mucho dinero a cambio de personajes y objetos, los demás tendremos que jodernos. Pero dado que se puede disfrutar por completo de la parte gratuita de WotV, en especial de su historia, esta vez no seré yo quien se queje.
Ya no buscan hacer juegos memorables. Ahora quieren música pop: productos de usar y tirar. Es por eso que lo que podría haber sido un RPG táctico que pasara a la historia, se va a tener que conformar con ser «un videojuego divertido».
Tengo que aclarar que War of the Visions es un videojuego muy reciente, con menos de dos meses de vida, por lo que la historia aún está incompleta. Van ampliándola poco a poco, así que todavía es pronto para emitir un juicio válido. Dentro de un tiempo volveré para actualizar mi valoración.
Lo mejor:
– Como RPG táctico gratuito de móviles, es de lo mejor.
– Muchos personajes interesantes.
– Diseño visual.
Lo peor:
– La eterna recolección de objetos.
– Inteligencia artificial.
– Banda sonora demasiado conformista.
– Imposible competir contra usuarios de pago.
– Se bloquea y toca reiniciar cada dos por tres.
0 comentarios