Hay un tema que me lleva preocupando mucho tiempo, y que no me deja dormir por el día ni comer por las noches.
Un tema al que se está ignorando, en la mayoría de casos por desconocimiento, ya que es un peligro que acecha en silencio, y que hace veinte años era impensable.
¿Cuántos videojuegos se han creado en tan poco espacio de tiempo? ¿Cuántas películas, series, libros…?
¡¿Hasta cuándo podremos mantener este sistema sin que empiecen a repetirse los títulos?!
Sobreexplotación creativa
Se están creando nuevas obras como si no hubiera mañana. Algo respetable, tanto en los casos de gente que lo hace para ganar dinero, como en el de gente que lo hace por simple diversión.
Con lo rápido que avanza la tecnología, nos encontramos ahora mismo en un punto maravilloso, donde la gente que acaba de nacer, de descubrir los videojuegos, o de poder permitirse económicamente elegir, puede mirar hacia atrás (en el tiempo, no literalmente), y verá ante sí una colección de miles y miles de videojuegos esperándole.
Lo mismo se aplica para el resto de medios, pero uso los videojuegos para generalizar, ya que es el tema principal de Makō Sedai.

La creatividad, ahora un lujo, pronto será fundamental
Poner un nombre a un videojuego no es como ponérselo a una persona. Si hay cien mil videojuegos que se llaman igual, nadie va a distinguir el tuyo. Por tanto, se necesita un nombre original. Algo que hace diez años era tan fácil como ponerle lo primero que se te pasara por la cabeza, pero que ahora exige una comprobación previa, normalmente basada en una búsqueda por internet, para asegurarnos de que no haya otra obra con el mismo nombre.
Esto cada vez es más complicado. Pensar un nombre que no sea igual ni se parezca a otro, os lo digo por experiencia, no es nada fácil.
Pero el problema no es ése. El problema es dónde nos encontraremos en diez años, donde la sobreexplotación de todos los medios haya hecho que se ocupen todos los títulos normales, los menos normales, y también los muy creativos.
El momento en el que un joven director de cine quiera destacar, o en el que una compañía indie necesite llamar la atención… y sean incapaces de ponerle a su obra un título que realmente les guste, y con un mínimo de sentido.
¿Soluciones? Todas son temporales, y a muy corto plazo.
Cambiar el idioma es la solución más cutre. ¿Quieres que tu juego se llame «Uncharted»? Oh, vaya, he buscado en Google y parece que ya hay un juego que se llama así… ¿Lo llamas «Keşfedilmemiş», que es lo mismo pero en turco?
La segunda solución, que me temo que acabará ocurriendo por desconocimiento, es terminar repitiendo títulos. No por plagio, sino porque la cantidad de videojuegos y demás será tan grande que quizá no sepamos si realmente el título que hayamos pensado existía o no. O, quizá, llegue un punto en el que a la sociedad le dé igual, y se resignen a ello.
La tercera y más efectiva solución, al mismo tiempo que la menos elegante, es, llegado el momento del fin de los títulos, poner códigos.
Si mi compañía se llama Konami, mi primer juego se titulará KNM001, el segundo KNM002, etcétera.
Y si se acaban los nombres de compañías, pues 00010001, 00010002…
Ocurra lo que ocurra, habrá que acostumbrarse.
No veo que el problema sea realmente acuciante, por lo menos en lo que respecta a videojuegos. Basta con ponerle un número después del título, más o menos como dices, y ya. Así todos los juegos que salgan nuevos serán fáciles de reconocer. Por ejemplo, Fifa 17, Uncharted 5, Assassin Creed 666. ¿Y qué pasa con las IPs nuevas? No pasa nada, porque le cambiamos el título a la IP antigua que queremos plagiar/remasterear y le añadimos un «classic». Ejemplo, Doom.
Con las pelis tampoco veo problema: le pones el nombre del prota o grupo de protas ANTES del título de la peli y ya:
Avengers: La hora del Tío Ultross
Django Desencadenado: En Cadenas
Los Ocho Odiosos: ¡Qué despiporre, colega!
El Renacido: Soñando, soñando, maté a un oso flipando.
mmm…¿y la etiqueta de «Why so serious?» apa? xD!!!
La cantidad de opciones para nombrar una obra es tan ridículamente alta que difícilmente alguien puede tener problemas por ello, vamos, si es que hay hasta generadores de nombres en internet por si quieres ahorrarte el esfuerzo de pensar uno por ti mismo, xD!!!
Incluso aunque plagi…ejem, ejem, digo, incluso aunque quieras hacerle homenaje a una obra haciendo tu propia version, puedes fácilmente cambiar el nombre sin problemas ¡y nadie te criticara por ello!
Por ejemplo, la novela «I am Legend», sus distintas adaptaciones cinematográficas fueron: «The Last Man on Earth», «The Omega Man», «I am Omega» y la homónima «I am Legend», esta última prueba de que ni siquiera necesitas pensar/usar un nombre nuevo aunque plagi…digo, aunque homenajees una obra, basta con que tengas la pasta suficiente para pagar los derechos de autor y «ta da», repites el nombre original sin problemas… 🙂
Mas facil, de aqui a 20 aňos los repetidos empezaran a añadir el aňo al nombre del juego:
Final fantasy (2036)
«Pues ya está, los llamaremos Popplers»