The Last of Us Parte II estaba condenado a convertirse en uno de los estandartes de PlayStation 4. Así se lo recordará. Me parece bien, aunque no es una característica que signifique nada de por sí. Es de esos juegos en los que casi todo el mundo tiene ya elaborada su opinión antes de jugarlo; sólo les queda elegir las palabras correctas y añadirle un par de detalles objetivos que consoliden su «versión de los hechos». Llegué a plantearme no hacer el análisis, dado que creí, ahora sé que erróneamente, que ya estaría todo dicho sobre él. Cuando llegué a la fiesta, ya había terminado la música.
Joder, cómo me equivocaba.
Después de pasármelo, he leído muchas opiniones sobre ciertos asuntos del juego. Sobre la historia, principalmente. Es algo que suelo evitar hacer, para no condicionarme; pero aquí me he visto obligado, pues no quería dejarme nada en el tintero para la guía argumental (que acabo de terminar apenas unos minutos antes de empezar a escribir estas líneas). Me ha sorprendido muchísimo, y quizá deba asumir mi parte de culpa en esto último, ver lo perdidos que están algunos opinólogos de videojuegos. Y estoy metiendo en el saco a gente que escribe «a favor» y gente que escribe «en contra». Para empezar, porque es jodidamente absurdo posicionarse «a favor» o «en contra», que no es lo mismo que decir «me gusta» o «no me gusta». Quien quiere alabar el juego, exagera las partes positivas y se hace el chasqueador ante las malas. Quien quiere criticar el juego, ataca como un corredor cualquier detallito que pasaría por alto en otra historia, y se justifica mencionando de pasada lo buena que es la jugabilidad.
Tengo la impresión de haber asistido a un debate entre dos bandos igual de rabiosos, llámalos «fanboys», llámalos «lobos», llámalos «serafitas», que o bien no han jugado a casi ningún videojuego en toda su vida, o bien lo han visto por YouTube, quizá a ratos, lo justo para lanzarse a la piscina, junto al resto de pirañas, para comerse su racioncita de opinión. «¡Es el mejor juego de la década!» «¡Es la mayor decepción de PS4!» Se veía venir, claro está, pero… vamos a calmarnos.
Supongo que, en cierto modo, ése es uno de los motivos que hacen grande a The Last of Us Parte II: todo lo que da que hablar. No es un juego convencional, de eso no hay duda. Pero que nadie se equivoque: está muy lejos de ser intocable. Acéptalo o deja de leer ahora mismo.
Historia
Tras los eventos del primer The Last of Us, Joel y Ellie viven en Jackson City, integrados en una sociedad ya establecida y unida, que trata de progresar en un mundo arrasado por el cordyceps y sus terribles consecuencias.
El argumento principal, en realidad, prólogo aparte, se desarrolla cuatro años después, en ese mismo lugar. La relación entre los dos protagonistas de la primera entrega no ha hecho más que tensarse con el tiempo, hasta el punto de que Ellie apenas habla a Joel, pese a que éste hace todos los esfuerzos del mundo por acercarse a ella.
Sin embargo, muy pronto, ése dejará de ser su mayor problema, pues están a punto de recibir la visita de unos viajeros inesperados, cuyas intenciones podrían no ser del todo amistosas…
Sé que es una introducción demasiado breve y ambigua, pero creedme si os digo que es mejor no desvelar nada de la historia de este juego.
The Last of Us Part II
¿En qué consiste?
Como ya sabéis quienes lo habéis jugado, y seguramente también quienes no, es una continuación en todos los sentidos. Se trata de un juego de aventura y acción, que se inclina hacia el terror, aunque de una forma suave que podemos tolerar hasta los jugadores menos interesados en «pasarlo bien pasándolo mal».
Hace mucho hincapié en el sigilo; lo cual, como desarrollaré en el próximo apartado, es todo un acierto, pues ayuda a aumentar esa tensión que se siente al jugar. Sin embargo, también permite dar de lado este apartado y lanzarse de cabeza a la acción. Aunque sea un videojuego de supervivencia, Joel y Ellie son dos máquinas de matar.
Estamos ante una aventura muchísimo más larga que la anterior. He tardado más de treinta horas en terminarla, si bien es cierto que he ido muy lento para asegurarme de no dejarme ningún documento u otros objetos ocultos.
Vale, ahora vamos con lo interesante. Tengo muchíiisimo apuntado, trataré de no extenderme más de la cuenta.
¿Cuáles son sus puntos fuertes?
«Su estilo jugable no cansaría ni aunque la aventura durara 100 horas». He copiado esta frase del análisis de The Last of Us para reafirmarme en ello. Tanto la acción como el sigilo son sublimes, a un nivel con el que sólo rivalizan Uncharted, Metal Gear Solid V y pocos más (si es que los hay). La parte de sigilo, en especial, me ha resultado muy satisfactoria. No estoy hablando únicamente de la parte práctica, sino de cómo sabe transmitir la tensión de Ellie. Sirva como ejemplo sus palabrotas al matar enemigos; algo que verbaliza lo que yo mismo puedo estar pensando. Las chispas saltan de la televisión al cerebro, ida y vuelta.
Como añadido a lo anterior, la jugabilidad tiene algunos detalles que dejan con la boca abierta, por lo insólito que resulta y lo bien programado que está. Desde algunas cositas más simples, como que los enemigos miren hacia los lados o hacia atrás en sus rutas, en vez de caminar sólo de frente como robots, o que si descubren el cadáver de uno de sus compañeros no se limiten a dar la alarma, sino que lamentan su muerte. «¡Joder, se han cargado a Karen!». Por decir un ejemplo inventado. Parece una chorrada, pero da vida a los enemigos habitualmente anónimos. ¿Os pongo un par de ejemplos más? Si disparas a un enemigo con el fusil de caza en un punto no vital (es decir, que no muere al instante), éste cae al suelo y grita de dolor hasta que muere desangrado. Brutal. Mi detalle favorito, sin embargo, está relacionado con los perros. En un momento puntual, con un enemigo y su perro buscándome, me las apañé para alejar al animal y matar mientras tanto a su compañero humano. Cuando el perro volvió junto a él, empezó a darle con el hocico para que se despertara. Al ver que no despertaba, el perro se puso a llorar. Si esto no es lo mejor de todo el juego, se queda cerca.
El nivel actoral es sublime. Se podrá igualar, pero no mejorar. Esto, por supuesto, hablando de la versión original inglesa.
La ambientación no se queda atrás. En todo momento sientes estar ahí, desde las frías montañas hasta los sótanos llenos de esporas. Estoy seguro de que hay juegos de realidad virtual menos inmersivos que TLoU Parte II.
Hablar sobre lo bueno y malo de la historia sin entrar en spoilers no va a ser fácil, pero prometo que lo intentaré. Si os quedáis más tranquilos, podéis saltar al punto siguiente. Os doy unos segundos para que os lo penséis. Allá vamos. TLoU Parte II ha conseguido hacerme sentir algo que no sentía desde Canción de hielo y fuego (o Juego de tronos antes de desvirtuarse): aquí puede pasar cualquier cosa. La historia es cruda, oscura, realista y cruda. Sí, sé que he repetido un adjetivo. Es que es cruda de cojones. No resulta especialmente desagradable a nivel visual, pero, por decirlo de forma suave, ni se os ocurra jugar con niños a una distancia menor de… quinientos metros. Donde sí resulta poco agradable es en el argumento. En lo psicológico. Es una historia muy incómoda; muy del estilo de lo que me gusta escribir, si me permitís añadirlo. Sabe cómo sorprender y cómo jugar con los sentimientos del jugador. Durante gran parte de la aventura, no sólo pisotea el maniqueísmo típico de la gran mayoría de obras, sino que lo ata a una silla, le golpea la cabeza con una maza, le corta los dedos uno a uno y después se los hace tragar. El «Joel hacía cosas malas en el pasado» del primer TLoU es una puta broma en comparación con esto. Palabra clave: «empatía».
¿En qué debería mejorar?
Ya que he acabado antes hablando de la historia, vamos a retomar. Aquí, os lo advierto, sí que voy a mencionar, o quizá insinuar, algunas cosas que podríais considerar spoiler. Si no habéis jugado y tenéis intención de hacerlo, pasad al siguiente párrafo. En caso contrario, seguid leyendo y reflexionad sobre lo que voy a decir. Porque, sí, la historia de The Last of Us Parte II tiene cosas malas. Y no son pocas ni pequeñas. Para empezar, tenemos una protagonista, Ellie, que es totalmente hermética, y que sólo se abre mediante escuetos comentarios en su diario. Imposible empatizar con ella. Un robot de combate en un juego que hace tantísimo hincapié en las emociones. El prólogo me pareció genial, y quizá por eso se siente un vacío tan grande en lo que le sigue, hasta llegar a la mitad del juego. Tampoco ayuda el tramo final, forzado a más no poder. Contrarresta y anula el efecto de todo lo que nos ha contado previamente, por lo que el 90% de The Last of Us Parte II pierde sentido de forma automática con ello. El maniqueísmo está de vuelta. ¡Qué malos son los malos! Todo es demasiado conveniente. ¡Que nadie piense demasiado! Y no es que sea la única vez que la historia pierde el rumbo durante TLoU Parte II, porque en más de una ocasión parece un bonito vestido hecho con telas de distintos colores que han cosido de cualquier manera, con la esperanza de que, al ser un juego tan oscuro, la tenue luz no nos permita apreciar el hilo. Bueno, pues yo no sólo he visto el hilo, sino que, al final, me he pinchado con la aguja. Respeto las decisiones tomadas en el guion de Naughty Dog, ya que no soy nadie para decirles cómo deberían haber hecho esto o aquello, pero creo que muchas veces se sostiene únicamente por la jugabilidad, las actuaciones y el espectacular motor gráfico. Ah, y la sangre, claro. ¿Es el morbo suficiente aliciente? No para mí.
Tarda muchísimo en cargar, defecto que comparte con su hermano Uncharted. Hasta para el menú de compra de figuras se toma su tiempo. No es un problema grave, ni mucho menos, pero quería comentarlo.
La IA flojea en ocasiones. Que un aliado te saque del escondite puede joder toda la fase de sigilo. Que haya enemigos adivinos, sin duda, lo hace. Es algo que he notado especialmente con los infectados, que, en teoría, deberían ser más estúpidos que los humanos sanos. También me he topado con algún fallo en los chasqueadores, que me veían aun estando quieto… y siendo ciegos. Deberían haberlo pulido un poquito más, porque por lo demás es una maravilla jugable, y eso hace que destaquen los errores.
Hay dos segmentos puntuales en los que me ha dado la impresión de que perdía toda su identidad para querer convertirse en Resident Evil y The Walking Dead, respectivamente, con situaciones que pueden quedar bien en sus historias originales, pero no aquí. Ambas me han chocado muchísimo por estar tan fuera de lugar.
Los sustos no aportan absolutamente nada a la ambientación, y mucho menos a la jugabilidad. Es un recurso fácil que podría hacer hasta un mono. De hecho, en el primer TLoU creo que lo hace.
He dejado para el final el mayor problema de The Last of Us Parte II. Porque, vale, a la historia le he dedicado muchas líneas, pero, aun así, la he disfrutado de principio a fin. No tenía expectativas demasiado altas, y es más la pena que me da ver cómo ellos mismos se cargaban su planteamiento que un disgusto generalizado hacia el argumento del juego. Diferente situación, creo yo, la del relleno o extensión innecesaria. The Last of Us Parte II me ha durado más de treinta horas, pero no habría cambiado nada si se hubiera quedado en veinte. Y no digo quince por no jugármela demasiado. Cuenta con varias «fases vacías» que se hacen muy largas. Bueno, confieso que una vez hasta me quedé dormido jugando. Está bien que entre una fase de acción y la siguiente haya tramos de calma, pero ¿de verdad es necesario que sean tan largos? No estoy hablando de que dediquen esos tramos a avanzar en la historia, cosa que me parecería bien, sino a que pasamos horas recorriendo casas abandonadas y abriendo cajones, la mayoría vacíos (divertidísimo), en busca de objetos. De verdad que si no fuese por los documentos, habría pasado de hacerlo, porque las balas y los recursos te salen por las orejas. Me he pasado casi todo el juego con la munición de todas las armas al máximo. Que, como ya digo, si fuesen partes cortas estaría bien, pero entre eso, los continuos flashbacks (en cierto momento se hace especialmente cansino), la búsqueda de tornillos y píldoras por todos los baños de Estados Unidos… Lo dicho: se hace más pesado que el final de El señor de los anillos en versión extendida. Autosabotaje.
Valoración final
Habréis notado que éste es el análisis más largo que he escrito, con diferencia, desde que cambié el formato. Y no es para menos. Con sus virtudes y sus defectos, The Last of Us Parte II es un juego del que podría hablar horas. Eso sí: con largas pausas entre medias para buscar chatarra. ¡Ojalá durase un poquito menos!
Sin importar su duración, TLoU Parte II es un imprescindible de PlayStation 4. Su jugabilidad, en especial la parte de sigilo, mezclada con la ambientación y la brutalidad sin filtros, supone una experiencia tan atrevida como divertida.
La historia no es tan profunda como pretende, pero cumple con nota. Y no tanto por lo que sucede, sino por la originalidad de cómo sucede. Si hiciese un análisis con spoilers, ocuparía el doble. Hay quien prefiere la primera mitad del juego, y hay quien ha entendido el significado de TLoU Parte II y prefiere la segunda. La empatía no es obligatoria, sólo recomendada.
Siempre me quejo de que los creadores de videojuegos viven en una caja de la que se niegan a salir, imitando lo que ven. La rana que vive en el pozo y no conoce el mar, y todo eso. Naughty Dog ha ido un paso más allá. Eso ha enfurecido a mucha gente, mientras que ha contentado a mucha otra. La opinión de ambos bandos no importa; yo me quedo con el atrevimiento. Es lo que siempre decimos, salvando las distancias, de Hideo Kojima. No me importa cómo sea su próximo juego, porque ya me lo ha vendido. Y ahora no estoy hablando de Kojima.
Si habéis llegado hasta aquí, supongo que puedo recompensaros con una última «opinión imprescindible»: el primer The Last of Us me parece un videojuego más sólido y bien construido. De hecho, en esta segunda parte, sigue siendo más importante lo que pasa en TLoU1 que lo que pasa en el propio TLoU2. Le copia mucho más que las mecánicas jugables. Creo que es algo que se asentará con el tiempo, cuando The Last of Us Parte II deje de ser la novedad, y el Frente de Liberación de Washington deje de darse de hostias con los Scars para obtener el preciado trofeo: sentirse integrados en Twitter. Yo, como Ellie, esperaré escondido entre los arbustos y después los mataré a todos. Este giro de guion tampoco os lo esperabais, ¿eh? Bueno, es que aquí puede pasar cualquier cosa.
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La mayoría de críticas constructivas que he visto basan su análisis en la narrativa, que dicen que es atroz, mucho más que el resto de problemas y polémicas, que pueden molestar más o menos según como de tonto seas.
Por mi parte, tlou es una saga que nunca ha conectado conmigo. El primero llegó en una época de saturación de zombies, y no lo jugue hasta la remasterización de ps4, e incluso entonces la historia me dejó bastante frío. Además, como no soy de los que toman buenas decisiones lo juegue en la dificultad más difícil, y cada game over retrasaba más y más el desarrollo de la historia. Cuando me enteré que había un visor en el resto de dificultades que permitía ver a los enemigos se me cayó el culo al suelo
Cuando valga 20 euros caerá, y entonces veré cuanto ha exagerado la gente sobre que temas.
Lindo análisis.
A mi particularmente, me pareció un juegazo, lo disfruté muchísimo y conecté constantemente con la historia.
Entre tanta tibieza e historias olvidables en muchos videojuegos que salen año a año, en mi opinión es simplemente imprescindible y fue lo mejor del 2020 en términos de gaming.
Un saludo!