Shadow of the Colossus es, que no «fue», uno de los mejores juegos de PlayStation 2. La remasterización es, que no «fue», uno de los mejores juegos de PlayStation 3. Ahora llega el remake a PlayStation 4…, y sabéis cómo acaba esta frase, ¿verdad? 
He jugado a las tres versiones, cada una en su momento, y las he disfrutado por igual. Mismas impresiones, misma experiencia, mismo recuerdo. Es por eso que, pese a que ya analicé la remasterización de PS3, he creído conveniente dedicar unas líneas al remake. Pocos juegos lo merecen más que Shadow of the Colossus.
Historia
Cuenta la leyenda que hay un lugar en la Tierra donde es posible recuperar las almas de los muertos. Una península rodeada por mar y montañas, en la que los humanos tienen prohibido el paso.
Ignorando todas las advertencias, un joven de nombre incierto, conocido como Wander (de «wanderer», «viajero»), cabalga a lomos de su caballo Agro hasta el templo situado en el centro de la isla. Lleva consigo el cuerpo inerte de una chica, a la que, se supone, espera devolver a la vida.
Dentro del templo, Wander oye la voz de Dormin, un ser misterioso que puede controlar las almas de los muertos. Dicho de otro modo: su única esperanza de resucitar a la chica. Un favor que Dormin parece dispuesto a cumplir, siempre y cuando Wander haga antes algo por él: localizar y destruir a todos los Colosos que amenazan aquellas tierras.
Comienza la cacería.
The Opened Way
¿En qué consiste?
La historia, aunque presente en todo momento, queda relegada a un segundo plano para dar paso a la protagonista absoluta de Shadow of the Colossus: la jugabilidad.
El objetivo de Wander, como dije en el apartado anterior, consiste en localizar y destruir Colosos. Dos tareas conectadas pero claramente diferenciadas. La primera es el trámite; la segunda, lo que eleva SotC al Olimpo videojueguil.
Con ayuda de Agro, el caballo en que recorremos la península, y de la espada de Wander, capaz de detectar la presencia de Colosos lejanos usando la luz solar, tenemos que partir del templo para encontrar al siguiente Coloso, siguiendo siempre un orden establecido. Una vez hayamos dado con él, empieza la batalla, que no es propia de un videojuego de acción, sino una mezcla de puzle y plataformas. Hay que encontrar sus puntos débiles, trepar por su pelaje y clavarle la espada mientras evitamos que nos tire al suelo.
Sencillo en el planteamiento, magnífico en la ejecución.
¿Cuáles son sus puntos fuertes?
La ambientación es cautivadora. Es un gustazo recorrer el mundo.
Decir que «los combates contra Colosos son espectaculares» sería quedarse corto. En lo visual ya dejan con la boca abierta, pero es al interactuar con ellos cuando comprobamos su verdadero potencial. La sensación de esquivar sus embestidas mientras buscamos la forma de meterles mano, la tensión que se siente al agarrarnos mientras se sacuden para quitarnos de encima, el momento de clavar la espada… Y la música, claro. Una mezcla a la que no han logrado ni acercarse quienes han tratado de buscar fórmulas parecidas.
Aunque tenga poquísima historia, es interesante. De hecho, el problema no es lo que cuenta, sino todo lo que calla, pues deja con ganas de más.
Las mejoras gráficas del remake son suficiente motivo para rejugarlo y volver a fliparlo. Es una diferencia colosal. Prometo que no habrá más chistes como éste. Además, han pulido detalles de jugabilidad. El resultado es impecable.
¡Y todo esto sin tiempos de carga!
¿En qué debería mejorar?
La historia es testimonial, más allá del principio y el final. Podían haberse extendido un poquito más.
Se puede terminar fácilmente en siete horas, incluso jugando con calma. Además, los extras son del todo prescindibles.
Wander es un protagonista insulso. Ayudaría mucho a empatizar con su búsqueda que hablase o, al menos, pensase en alto.
Se echa en falta música durante la exploración. Sobre todo si te pierdes.
Las ayudas para luchar contra Colosus pueden ser de ayuda, pero hay ocasiones en las que sirven de poco o nada. Hay un Coloso en concreto, el penúltimo, que me resultó desesperante, y que puede llegar a amargar el juego a más de uno.
Valoración final
Todos sus posibles defectos se disuelven como una pastilla efervescente en el mar, pues no empañan la intensa, espectacular e inolvidable experiencia de buscar y eliminar Colosos.
Yo ya he vivido esa experiencia tres veces. Si PlayStation 5 quiere, la viviré una cuarta. Y estoy seguro de que la disfrutaré al mismo nivel.
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Adoro perderme en el mundo del juego, vagando sin objetivo alguno. Hay una playa donde el oleaje puede arrastrarte hasta la orilla. No tiene objetivo en el juego, pero me maravilla que hayan incluído ese detalle en las físicas del juego.
Sin desmerecer las muchas cosas que me apasionan de Shadow of the Colossus, mi aspecto favorito es, sin duda, la banda sonora. De hecho, es mi banda sonora de videojuego favorita. Curiosamente, al igual que con la historia, a menudo es utilizada de manera contenida. Creo que esos silencios benefician al juego enormemente, dejando a la música toma el control cuando debe hacerlo.
Particularmente, adoro esa sensación que transmite Demise of the Ritual, cuando el jugador debe arrastrarse hasta abatir al último coloso. También me parecen destacables las canciones de la introducción y el epílogo por su solemnidad. Otra de mis favoritas, por algún motivo, es The Sunit Earth. Y durante las batallas, crean ese genial gradiente de emociones, que empieza con el miedo (por ejemplo, Sign of the Colossus), se convierte en tensión (Grotesque Figures), deja paso a la euforia cuando el puzle es resuelto (The Opened Way) y, finalmente, concluye con una tristeza absoluta (The End of the Battles). Además, nuevas canciones las van sustituyendo a medida que avanza el juego. Por el contrario, ¡el uso que le dan a Swift Horse me parece criminal! Ojalá sonase un poquito más…
Si este sería el punto fuerte que destacaría, agregaré también un (mi) punto débil: a diferencia de las versiones anteriores, esta incluye un nuevo (e ingrato) coleccionable. Es algo que resta al conjunto, y a veces requiere tocarle las narices a las físicas de colisión. Lo bueno es que solamente hay que ignorarlo… si podéis. Lo malo es que yo no he podido, y me he arrastrado contra cada centímetro de miserable roca. ¡Espero no hacer lo mismo cuando lo rejuegue, como tú, en PS5!