Dedico muchas horas a escribir. Muchísimas. Pero no todas ellas me resultan rentables. Aquello que publico gratis, como es obvio, no me da beneficio. Y está bien. Quiero decir: se puede disfrutar de escribir por amor al arte. Salvo que ese sea también tu oficio, y la pasión robe tiempo a la ocupación. Que también es pasión. Un poco lío, ¿no? Puede que tu mayor afición sea montar muebles, pero, si trabajas montando muebles, es posible que no te apetezca seguir montándolos en tus ratos libres. Acabarás agotado y pensando: ¿por qué estoy haciendo gratis esto mismo por lo que me pagan?
Luego está el tema del tiempo. Que si he tardado en escribir esta guía argumental dos semanas más de lo previsto… Que si este año no publico novela porque no saco tiempo para escribirla… A ver, que si no hay tiempo, pues no hay tiempo, y punto. Pero es que sí hay tiempo, solo que lo estoy empleando en escribir análisis de videojuegos, dibujar webcómics y grabar, editar y publicar un pódcast. Entre otras cosas. El día a día de Makō Sedai. He llegado a plantearme, incluso, aprender a componer música. Para el carro, tío. No quieras hacerlo todo. No a costa de «lo tuyo». No cuando estás teniendo que cancelar o postergar proyectos por ausencia total de tiempo.
Yo quiero escribir novelas. Puede que, en algún momento puntual, quiera hacer otra cosa, y, en consecuencia, la haga, pero no ahora. Ahora, porque es lo que me da de comer, seguiré escribiendo guías argumentales como si no hubiese un mañana. Escribiré más y mejor, porque no tendré que dedicar tardes enteras a otros menesteres blogueros. No han pasado ni dos días desde que tomé esta decisión y ya he notado una mejoría. Ha sido tan liberador como cuando logré desengancharme de las redes sociales, uno de los mayores problemas de nuestra era.
No voy a prometer nada, porque, precisamente, lo que pretendo es reducir la ansiedad mediante la eliminación de metas (la mayoría, condenadamente exigentes y casi imposibles de cumplir). Tal vez, al final, la diferencia no sea nada del otro mundo. Es decir, puede que publique siete libros al año en lugar de seis, por decir una cifra aleatoria. No es que vaya a pasar de seis a diez. Pero, al menos, podré enfocarme en un único objetivo. Cada vez que haga algo, no estaré pensando en todas las otras cosas que no estoy haciendo.
Y puede parecer irónico, porque estoy escribiendo estas líneas en el móvil, tumbado en la cama, cuando el reloj marca las 5:22. Una vez más, la escritura me roba tiempo de sueño. Pero es que esa es otra de las reglas de oro que pienso respetar. Ni forzarme a escribir en blog, ni tampoco prohibirme hacerlo. Cuando llega la inspiración, hay que dejarla fluir. Así que no os sorprendáis si la semana que viene me veis componiendo música en vez de estar trabajando.
:1: 
:2: 
:3: 
:5: 
:6: 
:7: 
:8: 
:9: 
:10: 
:11: 
:12: 
:13: 
:14: 
:15: 
:16: 
:17: 
:18: 
:19: 
:20: 
:21: 
:22: 
:23: 
:24: 
:25: 
:26: 
:27: 
:28: 
:29: 
:30: 
:31: 
:32: 
:34: 
:35: 
:36: 
:37: 
:38: 
:39: 
:40: 
:42: 
:43: 
:44: 
:45: 
:46: 
:47: 
:48: 
:49: 
:50: 
:51: 
:52: 
:53: 
:54: 
:56: 
A veces hay que pararse y ver dónde estamos, y replantearnos si es donde queremos estar o no, y que actuar en consecuencia. Y como tú dices, si llega la inspiración hay que dejarla fluir.
Hay una parte de «querer» y otra de «poder». Debemos ser conscientes de nuestros límites. Yo llevo muchos años sobrepasándolo, y me está (sobre)pasando factura. Veremos qué ocurre a partir de ahora.
Crecer y madurar como diría mi abuela
Ser humilde significa conocer nuestras propias limitaciones y aceptarlas.
Como yo por ejemplo, que sigo cocinando cuando es más que de sobra conocido que no debería. Humildad es mi segundo nombre.
Bueno, la práctica te hará mejorar en la cocina. Yo, por mucho que escriba análisis o grabe pódcasts, temo que nunca llegarán a saciarme el hambre.
Por eso, prefiero centrarme en lo que me dé de comer (en este caso, de forma metafórica), y aprovechar el tiempo libre únicamente para hacer lo que más me apetezca en cada momento. Como siempre debió haber sido.
En realidad. como seguidor del blog desde sus orígenes, creo que esto es algo que lleva años incubándose. Los análisis rápidos, cada vez más cortos, que un mayor % del contenido fueran tiras cómicas, y creo recordar que hace muchos años ya las entradas eran más frecuentes…
Creo que el blog, aunque no estuviera remunerado, si que ha hecho bastante para lanzar la que posteriormente sería tu carrera profesional, dándote a conocer a gente que se ha acabado convirtiendo en tu audiencia y altavoz. Es también una ventana a tus intereses, estilo de escritura, sentido del humor… que sirve de escaparate gratuito que genera unas expectativas sobre tus obras.
Pero si, es innegable que desde hace tiempo ya esto es una actividad secundaria a la escritura que haces en los libros. Yo por mi parte seguiré entrando por aquí con ganas de ver los relatos cortos y, sobre todo, la sección de «hoy escribo» que me parece lo mejor que le ha pasado a este blog en muuuuucho tiempo. Espero encontrarme alguna de vez en cuando!
Te aseguro que el ritmo de publicación nunca ha descendido. Cambié los análisis extensos (que no parecían interesar a nadie) por otros mucho más cortos (que tampoco parecen interesar, pero no me roban tanto tiempo). A cambio, inicié esas dos secciones que comentas: «Relatos cortos» y «Hoy escribo». Coincido en que son lo mejor que he hecho, novelas y guías argumentales aparte. Los webcómics me servían como semidescanso, pero el pódcast me robaba el alma. Podía tardar varios días en editarlo.
Voy a ser sincero. Se me hace difícil saber qué interesa y qué no, cuando casi todas las entradas tienen 0 comentarios. El único feedback que suelo recibir, muy de vez en cuando, procede de Twitter. ¿Para quién estoy escribiendo, entonces? ¿Para mí mismo? No necesito publicar en un blog algo que escribo para mí mismo. Y, ese mismo trabajo, lo puedo dedicar a las guías argumentales, que sí han tenido un grandioso recibimiento.
Sé que todo lo que he hecho con Makō Sedai (y Legend SK) hasta 2016 ha sido fundamental para mi carrera. No estaría vendiendo libros de no ser así. Tampoco me arrepiento de lo que he hecho después. Pero, si volviese atrás, no volvería a hacerlo. Vivo con un nivel de estrés insoportable por culpa de las fechas estrictas que yo mismo me marco. Escribo a una velocidad que pocos pueden igualar (desde la humildad lo digo, pero ahí están mis 59 libros publicados más otro que anunciaré en las próximas semanas), y, aun así, rara vez termino contento con mi rendimiento. ¿Por qué? Porque sé que podría haber hecho mucho más si me hubiese dedicado en exclusiva a trabajar, en vez de gastar tantísimas horas en el blog. Mi conclusión es que, todo lo que no sea trabajo, debería ser disfrutable. Si no, estoy haciendo el canelo.
Tengo unos 50 análisis escritos sin publicar (¿alguna idea de qué hacer con ellos?
), además de un montón (pero UN MONTÓN) de ideas apuntadas para relatos, webcómics y «hoy escribo». Un día después de publicar esta entrada, me desperté en mitad de la noche y apunté el sueño que acababa de tener para convertirlo en otro relato. Es decir, que tengo tanto el material como la intención para sacar adelante muchísimas más entradas, y será raro que esas ideas no sigan fluyendo. Es incontrolable. Pero ya no es solo que no vaya a ponerme la obligación de cumplir un cupo, sino que realmente creo que debería prohibirme escribir esas entradas. Si lo hago, una de dos: o pierdo tiempo de trabajo (dinero) o pierdo tiempo de ocio (descanso). ¿Cuándo sí podría hacerlo? Cuando, por ejemplo, se dé el caso de que un día no pueda trabajar, por el caso que sea. Me divierto escribiendo tanto como otros se divierten viendo la televisión, así que podría aprovechar esos ratos para preparar alguna entrada. Si no, no sé yo.
A ver, que por escribir un par de entradas al mes exclusivas para el blog tampoco va a cambiar nada. Si de verdad hay gente que lee según qué secciones, puedo hacer el esfuerzo.
Mira, me ha quedado un comentario más largo que el texto original. Esto cuenta como otra entrada.
Voy a intentar ser breve para no causar una tercera entrada…
La verdad es que no he visto en internet ningún caso como el de este blog, en el sentido de que solo hay un redactor, que además es quien lleva toda la parte técnica del blog, y además lleva un podcast de acompañamiento. Y encima, sin monetizar.
Me he puesto a pensar como se podría conseguir esto último, pero la verdad es que no veo método bueno. Se me ocurre que podrías hacer un libro recopilando las mejores entradas, una antología de mako sedai, pero creo que lo compraríamos 3 personas y no valdría el esfuerzo. Lo mismo va para cualquier otra idea que se me ocurre, como dejar el formato blog y lanzar una «Revista Mako» trimestral que fuera de pago y viniera cargada con artículos / relatos /tiras cómicas etc.
Considerando todo, suena a que simplemente el blog ha dejado de ser un hobby sostenible para ti y en efecto lo que piensas es lo mejor, que ha llegado el momento de más o menos jubilarlo.
Yo por mi parte lo que ya he dicho antes, si en algún momento del proceso de escritura te apetece escribir sobre el proceso o la vida de escritor, o desarrollar alguna idea en relato, o denunciar algo con una tira cómica, pues oye, bienvenida sea, será leída (aunque la mayoría de veces no comente nada, porque no tengo nada interesante que decir). Al final van muchos años leyendo esto y algo se echará de menos, pero tampoco es algo importante como para que consuma tu tiempo sin demasiada recompensa.
El refranero español dicen que es muy sabio y con razón.
Viéndolo desde fuera a mi me da la sensación de que te pasa que: «quien mucho abarca poco aprieta».
Quieres hacer mil cosas y eso está muy bien, pero acabarás haciendo bien pocas o ninguna o lo que parece tu caso, con un estres de 3 pares de cojones por no llegar a donde tu quieres llegar.
Lo que hay que hacer es dejar de sentirse mal por no hacer todo lo que quieres hacer, cuando no hay tiempo no se puede pretender sacarlo de dormir. Si no hay tiempo significa que tienes que prescindir de algo que quieras hacer.
Yo creo que el problema (repito, visto desde fuera) es que no sabes organizar tu tiempo de forma eficiente, da la sensación de que te pasa algo parecido a lo que ocurre con muchas personas con las que he trabajado a lo largo de mi vida, trabajan mucho pero muy poco eficiente, echan mil horas a «matacaballo» sin pararse 5 segundos a estudiar que es la mejor opción o que hay que hacer y que no.
Muchas veces pararse un momento a pensar como vas a organizar el tiempo te acaba dando lo que pierdes en ello multiplicado x10, parece que por fin lo has entendido porque dejar de «perder» el tiempo con algunas cosas parece ser la opción más sensata.
Pues no he debido de expresarme muy bien, porque mi problema es todo lo contrario a la falta de eficiencia. Más bien, estoy (estaba) poniéndome metas que ningún ser humano es capaz de alcanzar. He publicado sesenta libros en siete años (!!!), sin dejar de escribir relatos, análisis, webcómics y demás secciones, además de cumplir estrictamente con las horas de ejercicio. Más la grabación y edición del pódcast. Y sin renunciar al tiempo de ocio.
Es imposible hacer más. De hecho, es imposible hacer esta cantidad exacta de cosas.
Menos «distracciones» y plazos más realistas serán, o están siendo, la solución.
Hablando de componer música, alguien hace tiempo dijo que Kojima Band regresaría pronto, sin que haya sucedido hasta el momento… Por supuesto, no voy a hacer yo el que demande a alguien que saque tiempo para ello
Uf, olvídate…