Después de seis novelas de corte realista, he querido hacer algo radicalmente distinto, aventurándome en el terreno de la fantasía. Es un mundo completamente nuevo en todos los sentidos; las reglas cambian y la libertad creativa es infinita.

Pero, al mismo tiempo, es una historia que indaga en la realidad dentro de esa fantasía, y que viaja a lomos de una dualidad visible desde el primer momento. Una dualidad que nace de un contexto bastante simple, y que poco a poco se va volviendo, por decirlo de alguna manera, incómoda.

Creo que basta con ver la portada, en la que muchos apreciaréis su evidente parecido con otra obra con la que guarda cierta relación metafórica, para empezar a entender esa dualidad. Y es algo que tengo que explicar antes de continuar, para evitar confusiones, pues detrás de la fachada bonita, alegre y de cuento infantil, se esconde una historia que perfectamente podría encasillarse en el género de «terror psicológico» (aunque prefiero dejarlo en «fantasía oscura»).

Dicho de otra manera: la historia de La dimensión de las respuestas, como la portada, es muy agradable de lejos, pero lo es cada vez menos a medida que uno se va acercando. Si llegáis hasta el final, tendréis una visión bastante distinta de la novela. Avisados quedáis.

Podéis leer los primeros capítulos de forma gratuita entrando aquí: https://makosedai.com/primeros-capitulos-de-la-dimension-de-las-respuestas

Al trabajo habitual de Gold-St (@WorldOfWame) con el título y diseño de cubierta, hay que sumarle una colaboración de lujo: la ilustración de la portada es obra de Aurora (@AruOwlsArts), que ha sido capaz de plasmar perfectamente esa dualidad que mencionaba antes. Reconozco que temía no ser capaz de transmitirle correctamente mis ideas, pero lo ha clavado.

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