Hoy escribo sobre lo que es o no es real
Hoy escribo sobre lo que es o no es real
Fecha de publicación: 3 de enero de 2022
Autor: Chris H.
Categoría: Hoy escribo
Etiquetas:
Fecha de publicación: 3 de enero de 2022
Autor: Chris H.
Categoría: Hoy escribo
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Desde pequeños nos educan para memorizar y repetir, no para pensar. Eso último es algo que depende de nosotros mismos. Vemos la vida desde el prisma de nuestros predecesores, con patrones y colores prefijados. Algunos logran romper ese molde; otros se conforman con vivir así. Respetable en ambos casos. A veces no es tanto cuestión de voluntad como de experiencias. Os voy a poner un ejemplo algo tonto, pero, creo, esclarecedor: la gripe se cura gritando a pleno pulmón. No es verdad, obviamente, pero, ¿y si lo fuera? Habría quien, experimentando por su cuenta, lo descubriera y lo usara (o no) para curarse, aunque, por defecto, no es algo que se nos haya enseñado. Nadie, enfermo de gripe, piensa «voy a ponerme a gritar a ver si así me curo». No sólo porque sea un razonamiento estúpido, sino porque, aunque no lo fuera, nos lo seguiría pareciendo. Prejuicios.

¿Qué es «real»? Veamos qué dice la RAE al respecto.

real
1. adj. Que tiene existencia objetiva.

objetivo/va
1. adj. Perteneciente o relativo al objeto en sí mismo, con independencia de la propia manera de pensar o de sentir.
3. adj. Fil (Filosofía). Que existe realmente, fuera del sujeto que lo conoce.

Resumido mal y pronto: algo que existe «con o sin mí». Como el teclado que estoy usando para escribir estas líneas. Como el monitor que tengo delante, la silla sobre la que estoy sentado o la pared que me separa, aunque no lo suficiente, de mi insoportable vecina. Tan real como tú, lector. Tan real como yo. Y, también, tan real como los personajes de las novelas.

He crecido en la misma sociedad que vosotros, así que comprendo todos los bloqueos mentales que puede producir esa última afirmación. No es fácil. No lo es, ni queriendo creerlo. Pero es así: los personajes creados por nosotros se vuelven reales tan pronto como salen de nuestra mente, del mismo modo en que un ser humano lo hace al salir del útero (o antes, dependiendo del punto de vista de cada uno). Son una forma de existencia diferente a nosotros, los seres humanos, pero no por ello merecen menos reconocimiento. Los coches también son una creación humana y no por ello dejamos de considerarlos reales. Y podría profundizar más: ¿es real el oxígeno? ¿Es real la gravedad? ¿Son reales las bacterias? ¿Es real el amor, la tristeza y la felicidad? Tal vez me esté arriesgando demasiado, pero diría que todos coincidimos en la respuesta. Porque así nos han enseñado a verlo desde que nacemos.

Para hacerlo más fácil, voy a poner un ejemplo concreto. Seguidme la corriente, veréis cómo se produce la magia. Ahora mismo estoy pensando en «algo». Ese «algo» no es más que un pensamiento irreal. Por ahora, ni siquiera sabéis de qué estoy hablando. Paciencia. «Algo» va a ser uno de los personajes de cierta novela que, y esto es importante, aún no empecé a escribir. Ni siquiera tiene título. «Algo» se llama Punesut. Punesut es seria, eficiente, confiable. El tipo de persona a quien quieres tener a tu lado y nunca cabrear. Punesut es de estatura media-alta, de piel clara, ojos blancos y una llamativa melena azul. Punesut no es humana, aunque trata de parecerlo para relacionarse con nosotros. No es nuestra enemiga. De hecho, le debemos mucho. Punesut es una deidad. Para muchos, «la diosa del conocimiento». Visualizadla. No importa que la imaginéis tal y como lo hago yo; en cualquier caso, ya es un ser real.

Acabamos de crear una nueva unidad dentro de esta no-tan-nueva forma de existencia a la que llamamos «personajes de novela», y que bien podríamos ampliar a cuentos, películas, videojuegos o todo lo que se os ocurra. Si ahora os digo «Punesut corre por el bosque», sabéis de qué estoy hablando. Esa palabra ha adquirido significado fuera de mi mente. Y, más adelante, cuando la novela esté publicada, esa palabra, ese ser tan real como cualquier otro, aunque sea desde un punto de vista menos tradicional, tendrá la capacidad de emocionarnos. Nos hará reír, llorar, pensar… Nos caerá bien o nos caerá mal. E incluso puede que nos cause indiferencia, lo cual también es, a su manera, una forma emocional de interacción.

Lo que era «algo», una idea próxima a la nada, ha evolucionado en Punesut, a la que ya empezáis a conocer, aunque sea de forma superficial. Si yo, su creador, muriese después de escribir la novela, tanto ella como yo seguiríamos existiendo de forma independiente, sin necesidad de que ninguno de los dos seamos seres humanos. Ni siquiera caer en el olvido o la desaparición de la humanidad nos haría dejar de ser reales, ya que nuestra existencia, nuestro concepto, son prueba y valor de sí mismos. Solo que, como ya dije, se trata de una existencia, de una realidad, diferente a la que nuestra mente tiene asimilada como «normal». Pero hay algo más que tiene nuestra mente, y es la capacidad de romper límites y barreras. Usémosla.

11 Comentarios

  1. Gold-St

    Teníamos que sobrevivir el fin del mundo y llegar a 2022 para darnos el lujo de leer a Chris aceptar que Dios existe.

    Responder
    • XexuWilder

      Tantos años negándolo y resulta de que es real xD

      Responder
  2. Pinza Roja

    «Resumido mal y pronto: algo que existe «con o sin mí». Como el teclado que estoy usando para escribir estas líneas.»
    Me parece curioso que justo un artículo como este se apoye en una de las posturas más divisivas de la filosofía

    ¿Has leído la biblioteca de Babel, de Borges? Sabiendo que existe un videojuego que la recrea, como encajan en tu teoría los libros que existen ahí dentro, tanto los que serán pensados y compartidos en un futuro, como los que nunca lo serán? ¿Son reales?

    Llevaba igual años sin comentar, pero me ha dado mucha curiosidad ver como desarrollas tus ideas, jajajaja

    Responder
  3. Chris H.

    @Gold-St: Me alegro de que añadas ese ejemplo, porque estuve pensando hasta el último momento si incluirlo o no en el texto. Al final, como ya has visto, opté por lo segundo. No quería embarrar demasiado el artículo. Es un tema del que ya he hablado muchas veces, aunque sospecho que, por motivos obvios (hasta ahora ), ninguna de ellas en Makō Sedai. Por supuesto que todos los dioses existen como concepto, nada que objetar.

    @Pinza Roja: No he leído La biblioteca de Babel…, pero eso tiene fácil solución.

    ¡Salto temporal!

    Me acabo de leer La biblioteca de Babel. Ayuda que sea un cuento corto, aunque con la profundidad de varias novelas juntas. Difícil de olvidar. Habrá sido referenciado hasta la extenuación, intuyo. Sobre si todos esos libros, no infinitos aunque sí en una cantidad que no somos capaces de imaginar, son o no son reales…, la respuesta es un claro «sí». Borges los creó en nuestro plano de existencia, y ahora existen con o sin él. Eso, por supuesto, incluye los que nunca serán leídos. ¿Acaso no estamos hablando de ellos ahora mismo?

    Responder
    • Pinza Roja

      Yo creo que intuyes bien, sobre cuanto puede haber sido referenciada la historia. Borges es un autor que creo ha influido a todos los escritores de ficción que han venido después, lo sepan o no.

      Sobre lo otro: Estamos de acuerdo con lo que dices, siguiendo tu premisa, los libros de la biblioteca existen. Pero dando un paso más allá, ¿Qué pasa con las historias que contienen? Por ejemplo, en la biblioteca habrá un libro que contiene el texto exacto de este artículo, palabra por palabra. ¿Significa esto que Borges es el creador, y tú simplemente lo has redescubierto? O crees que no es así, porque el texto no fue escrito ni pensado por Borges en si, solo la idea de su existencia en la biblioteca.

      Responder
    • Chris H.

      Esto ya no tiene tanto que ver con «lo que es o no es real». Ahora también queremos buscar al creador. Es como pretender resumir la historia de la humanidad en un breve texto. Lo cual, por supuesto, no significa que no lo vaya a hacer ahora mismo.

      En el mundo creado por Borges (La biblioteca de Babel), este artículo ya existe dentro de uno de los libros, palabra por palabra. Correcto. Borges es el creador de esa forma de existencia, pero no necesariamente de los libros ni del texto. De hecho, el cuento no plantea respuestas, solo preguntas y un par de hipótesis, que se encarga de remarcar como tales. Lo que determinaría si yo soy el autor único de este artículo o no, descartando que lo haya plagiado, es algo tan simple como preguntarse: ¿lo he ideado por mí mismo o he sido guiado sin saberlo por algún ente superior (en el sentido de «externo», más poderoso, sin jerarquías)?

      Lo divertido del asunto es que, para que el ejemplo anterior tenga sentido, yo tengo que ser un personaje de La biblioteca de Babel. Y, dado que Borges se refiere al mundo real (su versión fantástica del mismo), en ese ejemplo sí que soy un personaje de ficción. Así que, aunque he hablado en primera persona, en realidad estoy hablando de una existencia diferente (salvo que consideremos a todas las versiones de mí mismo como un único ser).

      Si salimos de La biblioteca de Babel, la complejidad se esfuma: sí, soy el único autor. Que nosotros sepamos, al menos. Como ateo, estoy abierto a cualquier posibilidad.

      Pero no sé si he respondido a tu pregunta. ¿Qué pasa si yo, de forma consciente, me invento el texto que hay escrito en uno cualquiera (pero concreto, no aleatorio) de esos libros? Borges sería el creador del libro («canal»), e incluso, en gran parte, del «contexto». Yo sería el creador del «receptor» (que sería yo mismo, si soy quien he leído el libro). El «emisor» es desconocido (¿quién lo escribió?). El «código», depende: ¿uso uno que ya existe o invento uno nuevo? Ambos serían igual de reales.

      Digo que tiene que ser un texto concreto, no aleatorio, porque, según esa teoría que plantea, en los libros están escritas todas las combinaciones posibles, así que cualquier cosa que escribamos coincidiría con un libro. En ese caso, volvemos a lo de antes: ¿escribimos lo que queremos (sin plagiar) o estamos siendo guiados? Ahí queda determinado el creador del texto, no en la pluma de Borges. Él se «limitó» a crear el pequeño universo alternativo en que eso se ha hecho posible…

      Responder
      • Pinza Roja

        Okey okey, este es un poco más difícil de seguir, pero creo que la clave está en el » ¿lo he ideado por mí mismo o he sido guiado sin saberlo por algún ente superior (en el sentido de «externo», más poderoso, sin jerarquías)?» concretamente en ese «ideado por mi mismo», de el extraigo que, en tu sistema, lo importante es la originalidad que perciba sobre su texto el autor: Es decir, que no importa que la misma combinación de caracteres ya haya sido escrita o pensada por alguien antes, si una persona que no conoce en absoluto tu artículo escribiera uno exactamente igual, debido a sus propias reflexiones, esa persona sería el creador de ese artículo igual que tu lo eres del tuyo. El tema de un ente superior me parece irrelevante, ya que incluso si estuviéramos guiados todos por la mano de un dios, (o Borges ) a efectos prácticos tendríamos la ilusión de libre albedrío.

        Por cierto, sin hacer falta que lo leas o comentes algo al respecto, no puedo dejar de observar que Borges también trata este tema del «verdadero autor» en otro de sus relatos, Pierre Menard, autor del Quijote.

        Responder
      • Chris H.

        No podía no leerlo.

        Me ha ganado completamente con esto:
        «Un artículo técnico sobre la posibilidad de enriquecer el ajedrez eliminando uno de los peones de torre. Menard propone, recomienda, discute y acaba por rechazar esa innovación.»

        El relato es una maravilla de principio a fin. Supongo que nunca es tarde para conocer, aceptar, enamorarse, recomendar (y no rechazar) el ingenio y humor de Borges.

        ¡Gracias por tan extraordinarias recomendaciones!

        Responder
        • Pinza Roja

          Y esto que voy a contestarte es una obviedad a estas alturas de la conversación, pero tampoco podía dejar de hacerlo: los libros completos de Ficciones y El Aleph son un tesoro para cualquier persona que ame la literatura.

          Y gracias ti por el diálogo, espero con interés a ver con que nos sorprendes en esta sección el futuro.

  4. Gold-St

    El problema es que tus argumentos se van apilando en torno otro argumento desmontable. «Si hablamos de ello, existe en nuestra realidad».

    Pero quiero poner sobre la mesa el concepto de «NADA».

    Podemos hablar de la nada, podemos leer sobre la Nada, recuerdo ahora mismo «La Historia Interminable». Conceptualmente podemos abstraer el concepto y según tu argumento, entonces, existe.

    PERO

    La nada no existe. No puede existir. En el momento que en dices «¿Qué hay aquí? Nada» la estás convirtiendo en algo. Deja de ser nada, no solo porque hablas de ella, sino porque dices que «hay» nada. Incluso, si te vas a la doble negación, «no hay nada», estás implicando que hay algo, que desde luego, no es la nada.

    Por lo tanto, volviendo a la idea principal, el que hablemos de ello e incluso que creamos que exista, no significa que lo haga o que lo pueda hacer.

    Responder
    • Chris H.

      Al contrario, tu mismo mensaje es prueba de su existencia.

      Tienes que separar la existencia filosófica de la existencia científica, física o como cada uno lo quiera denominar.

      Responder

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  1. Gold-St

    Teníamos que sobrevivir el fin del mundo y llegar a 2022 para darnos el lujo de leer a Chris aceptar que Dios existe.

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    • XexuWilder

      Tantos años negándolo y resulta de que es real xD

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  2. Pinza Roja

    «Resumido mal y pronto: algo que existe «con o sin mí». Como el teclado que estoy usando para escribir estas líneas.»
    Me parece curioso que justo un artículo como este se apoye en una de las posturas más divisivas de la filosofía

    ¿Has leído la biblioteca de Babel, de Borges? Sabiendo que existe un videojuego que la recrea, como encajan en tu teoría los libros que existen ahí dentro, tanto los que serán pensados y compartidos en un futuro, como los que nunca lo serán? ¿Son reales?

    Llevaba igual años sin comentar, pero me ha dado mucha curiosidad ver como desarrollas tus ideas, jajajaja

    Responder
  3. Chris H.

    @Gold-St: Me alegro de que añadas ese ejemplo, porque estuve pensando hasta el último momento si incluirlo o no en el texto. Al final, como ya has visto, opté por lo segundo. No quería embarrar demasiado el artículo. Es un tema del que ya he hablado muchas veces, aunque sospecho que, por motivos obvios (hasta ahora ), ninguna de ellas en Makō Sedai. Por supuesto que todos los dioses existen como concepto, nada que objetar.

    @Pinza Roja: No he leído La biblioteca de Babel…, pero eso tiene fácil solución.

    ¡Salto temporal!

    Me acabo de leer La biblioteca de Babel. Ayuda que sea un cuento corto, aunque con la profundidad de varias novelas juntas. Difícil de olvidar. Habrá sido referenciado hasta la extenuación, intuyo. Sobre si todos esos libros, no infinitos aunque sí en una cantidad que no somos capaces de imaginar, son o no son reales…, la respuesta es un claro «sí». Borges los creó en nuestro plano de existencia, y ahora existen con o sin él. Eso, por supuesto, incluye los que nunca serán leídos. ¿Acaso no estamos hablando de ellos ahora mismo?

    Responder
    • Pinza Roja

      Yo creo que intuyes bien, sobre cuanto puede haber sido referenciada la historia. Borges es un autor que creo ha influido a todos los escritores de ficción que han venido después, lo sepan o no.

      Sobre lo otro: Estamos de acuerdo con lo que dices, siguiendo tu premisa, los libros de la biblioteca existen. Pero dando un paso más allá, ¿Qué pasa con las historias que contienen? Por ejemplo, en la biblioteca habrá un libro que contiene el texto exacto de este artículo, palabra por palabra. ¿Significa esto que Borges es el creador, y tú simplemente lo has redescubierto? O crees que no es así, porque el texto no fue escrito ni pensado por Borges en si, solo la idea de su existencia en la biblioteca.

      Responder
    • Chris H.

      Esto ya no tiene tanto que ver con «lo que es o no es real». Ahora también queremos buscar al creador. Es como pretender resumir la historia de la humanidad en un breve texto. Lo cual, por supuesto, no significa que no lo vaya a hacer ahora mismo.

      En el mundo creado por Borges (La biblioteca de Babel), este artículo ya existe dentro de uno de los libros, palabra por palabra. Correcto. Borges es el creador de esa forma de existencia, pero no necesariamente de los libros ni del texto. De hecho, el cuento no plantea respuestas, solo preguntas y un par de hipótesis, que se encarga de remarcar como tales. Lo que determinaría si yo soy el autor único de este artículo o no, descartando que lo haya plagiado, es algo tan simple como preguntarse: ¿lo he ideado por mí mismo o he sido guiado sin saberlo por algún ente superior (en el sentido de «externo», más poderoso, sin jerarquías)?

      Lo divertido del asunto es que, para que el ejemplo anterior tenga sentido, yo tengo que ser un personaje de La biblioteca de Babel. Y, dado que Borges se refiere al mundo real (su versión fantástica del mismo), en ese ejemplo sí que soy un personaje de ficción. Así que, aunque he hablado en primera persona, en realidad estoy hablando de una existencia diferente (salvo que consideremos a todas las versiones de mí mismo como un único ser).

      Si salimos de La biblioteca de Babel, la complejidad se esfuma: sí, soy el único autor. Que nosotros sepamos, al menos. Como ateo, estoy abierto a cualquier posibilidad.

      Pero no sé si he respondido a tu pregunta. ¿Qué pasa si yo, de forma consciente, me invento el texto que hay escrito en uno cualquiera (pero concreto, no aleatorio) de esos libros? Borges sería el creador del libro («canal»), e incluso, en gran parte, del «contexto». Yo sería el creador del «receptor» (que sería yo mismo, si soy quien he leído el libro). El «emisor» es desconocido (¿quién lo escribió?). El «código», depende: ¿uso uno que ya existe o invento uno nuevo? Ambos serían igual de reales.

      Digo que tiene que ser un texto concreto, no aleatorio, porque, según esa teoría que plantea, en los libros están escritas todas las combinaciones posibles, así que cualquier cosa que escribamos coincidiría con un libro. En ese caso, volvemos a lo de antes: ¿escribimos lo que queremos (sin plagiar) o estamos siendo guiados? Ahí queda determinado el creador del texto, no en la pluma de Borges. Él se «limitó» a crear el pequeño universo alternativo en que eso se ha hecho posible…

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      • Pinza Roja

        Okey okey, este es un poco más difícil de seguir, pero creo que la clave está en el » ¿lo he ideado por mí mismo o he sido guiado sin saberlo por algún ente superior (en el sentido de «externo», más poderoso, sin jerarquías)?» concretamente en ese «ideado por mi mismo», de el extraigo que, en tu sistema, lo importante es la originalidad que perciba sobre su texto el autor: Es decir, que no importa que la misma combinación de caracteres ya haya sido escrita o pensada por alguien antes, si una persona que no conoce en absoluto tu artículo escribiera uno exactamente igual, debido a sus propias reflexiones, esa persona sería el creador de ese artículo igual que tu lo eres del tuyo. El tema de un ente superior me parece irrelevante, ya que incluso si estuviéramos guiados todos por la mano de un dios, (o Borges ) a efectos prácticos tendríamos la ilusión de libre albedrío.

        Por cierto, sin hacer falta que lo leas o comentes algo al respecto, no puedo dejar de observar que Borges también trata este tema del «verdadero autor» en otro de sus relatos, Pierre Menard, autor del Quijote.

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      • Chris H.

        No podía no leerlo.

        Me ha ganado completamente con esto:
        «Un artículo técnico sobre la posibilidad de enriquecer el ajedrez eliminando uno de los peones de torre. Menard propone, recomienda, discute y acaba por rechazar esa innovación.»

        El relato es una maravilla de principio a fin. Supongo que nunca es tarde para conocer, aceptar, enamorarse, recomendar (y no rechazar) el ingenio y humor de Borges.

        ¡Gracias por tan extraordinarias recomendaciones!

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        • Pinza Roja

          Y esto que voy a contestarte es una obviedad a estas alturas de la conversación, pero tampoco podía dejar de hacerlo: los libros completos de Ficciones y El Aleph son un tesoro para cualquier persona que ame la literatura.

          Y gracias ti por el diálogo, espero con interés a ver con que nos sorprendes en esta sección el futuro.

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    El problema es que tus argumentos se van apilando en torno otro argumento desmontable. «Si hablamos de ello, existe en nuestra realidad».

    Pero quiero poner sobre la mesa el concepto de «NADA».

    Podemos hablar de la nada, podemos leer sobre la Nada, recuerdo ahora mismo «La Historia Interminable». Conceptualmente podemos abstraer el concepto y según tu argumento, entonces, existe.

    PERO

    La nada no existe. No puede existir. En el momento que en dices «¿Qué hay aquí? Nada» la estás convirtiendo en algo. Deja de ser nada, no solo porque hablas de ella, sino porque dices que «hay» nada. Incluso, si te vas a la doble negación, «no hay nada», estás implicando que hay algo, que desde luego, no es la nada.

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