(Versión analizada: PlayStation 4)

Si pensamos en PlayStation 4 y mitología nórdica, a casi todos nos viene a la cabeza el God of War de 2018. Sin embargo, un año antes, Ninja Theory publicó un título basado en esa misma mitología, con varias similitudes, aunque no menos diferencias.

El enfoque, en cualquier caso, admite pocas comparaciones. Hellblade tiene acción, pero no es un juego de acción. También tiene puzles, aunque no lo considero un juego de exploración. ¿Qué narices pretende, entonces, Senua’s Sacrifice?

¿En qué consiste?

Senua es una joven guerrera que se dirige hacia Helheim, el infierno de la mitología nórdica, con la intención de revivir a su amado. Esto es todo cuanto conocemos al principio, así que es todo cuanto puedo contaros en la introducción.

Bueno, hay algo más. Algo que nos llama la atención desde el principio, y que condiciona a Senua como persona y a Hellblade como videojuego. Estoy hablando de… las voces. Sí, las voces. Y es que el estado mental de Senua es, cuanto menos, delicado. Oye voces que la guían, que la aconsejan, que la juzgan. Oye voces que la envalentonan y voces que la acobardan. Esas mismas voces que todos tenemos, a las que llamamos prudencia, miedo o valor, pero que, en su caso, parecen proceder de otras personas, y no de su conciencia. Así nos lo transmite Ninja Theory, pues nosotros, los jugadores, también oímos esas voces en todo momento.

Como guerrera, Senua tiene que usar su espada para enfrentarse a los enemigos que se interpongan en su camino. Además, debee resolver numerosos puzles que le impiden avanzar. Pero, como ya dije (o insinué) antes, esto no es más que una excusa jugable para presentarnos lo que de verdad importa: el viaje por la mente de Senua. La sumersión absoluta en su angustia; en su oscuridad.

Hellblade es, en definitiva, una profunda experiencia psicológica.

¿Cuáles son sus puntos fuertes?

Por raro que suene esto, Hellblade no pretende divertir, sino angustiar. Y lo consigue; vaya si lo consigue. La oscuridad, la respiración de Senua, las voces, la música, las visiones… Es una experiencia diferente, que se siente cómoda mirando a los ojos al terror psicológico. Recomendable jugar con cascos.

Las escenas de acción son un espectáculo audiovisual. Requieren precisión y actuar con calma, nada de machacar botones.

Los puzles de runas y portales son originales. Al principio, al menos. Luego… no tanto.

El trabajo de doblaje es una maravilla. No debería sorprenderme, siendo los creadores de Heavenly Sword.

Es de agradecer que sigan haciendo videojuegos enfocados en su capacidad narrativa, aunque para ello deban sacrificar otros apartados.

A lo largo de todo el juego encontramos altares opcionales en los que podemos conocer diferentes relatos de la mitología nórdica, de una manera semejante a la de God of War (que, insisto, llegó un año después). Si, como a mí, os interesan estos relatos, seguro que querréis encontrar todos los altares.

¿En qué debería mejorar?

En ocasiones, la limitada visión, la ausencia de mapa y la falta de explicaciones causan que el juego se vuelva un poco lioso. Un par de veces he estado a punto de quitarlo por pura desesperación.

Da la impresión de que, durante gran parte del juego, no hacemos otra cosa más que andar y andar. De forma algo torpe, todo sea dicho, pues Senua tiene dificultades para superar obstáculos tan insalvables como bordillos de diez centímetros de alto.

Sería de agradecer que te explicasen los botones en algún momento. Sobre todo al principio, en el primer altar, que me lo salté porque no sabía que se podía examinar usando la concentración.

Si bien los puzles me parecieron interesantes en un primer momento, al final (en realidad mucho antes) acabé harto de ellos, pues no dejan de repetirse a lo largo de todo el juego. La originalidad les duró media hora.

Lo mismo sucede con los enemigos, repetidos de principio a fin. (Continúa en el spoiler)

Valoración final

Si habéis llegado a Hellblade por su apartado jugable, es posible que os decepcione. En cambio, si lo que buscáis es una experiencia diferente, y si aceptáis hundiros en el pozo de la mente de Senua, con sus pros y sus contras, las opciones de acabar satisfechos se multiplican.