Guía argumental de NieR Replicant – Parte 1
Guía argumental de NieR Replicant – Parte 1
Fecha de publicación: 28 de noviembre de 2024
Autor: Chris H.
Etiquetas: NieR
Fecha de publicación: 28 de noviembre de 2024
Autor: Chris H.
Etiquetas: NieR
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RUTA A (1ª parte)


Capítulo 1 – Hermanos

  Verano del año 2053. Pese a estar en la teórica estación más cálida del año, la ciudad sufre los efectos de una copiosa nevada. O, al menos, cabría puntualizar, esa es la impresión que da. En NieR, no todo es lo que parece.
  Dos hermanos se han refugiado en una tienda de alimentación, a la espera de que amaine. El mayor, al que llamaremos «Nier» (no tiene nombre por defecto), está sentado junto a la puerta, con una larga tubería entre las manos. Pronto veremos para qué la necesita. Pero, por ahora, vamos a centrarnos en aquella voz…
  —Adelante… Toma mi poder… Tómalo y salva… Todo lo que pido es tu…
  Nier patea un libro cercano, de tapas oscuras y con un rostro tallado en la cubierta. Está convencido de que la voz proviene de ahí.
  —¡Maldito libro!
  El chico se pone en pie. Varias criaturas de color negro y dorado, cuya forma resulta un poco inconsistente, como si fuesen dibujos sin terminar, se abalanzan sobre él. Son las Sombras. Nier logra acabar con ellas con ayuda de la tubería, su única arma.
  —¿Ya se han ido? —pregunta su hermana pequeña, Yonah, sin dejar de toser.
  —¿Estás bien?
  —Creo que sí… Lo siento. Ahora paro, te lo prometo. —No es que Nier la culpe por toser, faltaría más—. Pero ¿qué pasa con esos monstruos? ¿Van a volver a por mí?
  —No te preocupes, Yonah. No permitiré que se acerquen a ti. Quédate aquí sentada mientras yo busco algo de comer. Ah, y otra cosa… Jamás toques ese libro, ¿entendido?
  Nier señala a un libro que hay junto a su hermana. Es idéntico al que él pateó poco antes, pero no son el mismo. Por extraño que parezca, estos libros están siguiendo a los hermanos. Quieren ser utilizados.
  Más y más Sombras llegan a la tienda. Nier no es muy buen luchador, por lo que enseguida empieza a verse superado. A este paso, morirá. Y, lo que es peor, su hermana será la siguiente.
  —Necesito más poder… Tengo que proteger a Yonah…
  No le queda más remedio que aceptar la oferta del libro. Al tocar su cubierta, Nier recobra todas sus energías y obtiene poderes mágicos. El libro revolotea a su alrededor lanzando hechizos. Entre los dos logran aniquilar a todas las Sombras con facilidad, incluyendo a una de varios metros de alto.
  Nier regresa junto a Yonah, preocupado por su estado de salud.
  —He encontrado esto mientras no estabas —dice ella.
  —Anda, ¿una galleta?
  Yonah se la ofrece a su hermano.
  —Toma, podemos repartírnosla.
  —No, para ti.
  —¡No! —protesta ella—. Tú también necesitas comer.
  —Vale, para mí la parte más pequeña.
  —No. Tienes que mantener las… —Yonah suelta la galleta. Ella también está a punto de caer, de no ser porque su hermano la sujeta—. Oh, no… Perdóname… Se me ha caído la galleta… Ha sido sin querer…
  Quiero insistir en que, aunque hable como una persona asustada y maltratada, Nier la trata de la mejor forma posible. Jamás se enfadaría por algo así. Es solo que ella es excesivamente melodramática.
  De pronto, Nier observa unas marcas negras que han aparecido en la piel de Yonah. Son hileras de runas de algún idioma antiguo. Y Nier conoce el motivo: su hermana ha tocado el libro.
  —¿Por qué lo has hecho, Yonah?
  —Siempre me ayudas…, así que…, yo también quería…
  La chica no puede seguir hablando antes de desmayarse.
  —¡No! ¡Yonah! ¡Yonah! Necesitamos ayuda… ¡Necesitamos ayuda! ¡Socorro!

Capítulo 2 – Otros hermanos

  1412 años después… (Es decir: año 3465),
  Cambiamos de protagonistas, si bien pudiera no parecerlo. De nuevo, tenemos a dos hermanos. Físicamente, son idénticos a los del capítulo 1. Sus nombres también son Nier y Yonah. Y, para rematar, ella está enferma. La única diferencia, por lo poco que sabemos, es que no están encerrados en una tienda, en medio de una ciudad nevada, sino que disponen de su propia casa, junto a una aldea pacífica rodeada de naturaleza.
  —Voy a salir —dice Nier.
  —¿Puedo acompañarte hoy?
  —Será mejor que no. Puede que vaya de caza.
  —Vale…
  —Pero te traeré un libro de la biblioteca, ¿te parece?
  —¡Sí! Gracias.
  —Nos vemos luego, Yonah. Intenta descansar un poco.
  Nier se dirige a la biblioteca, que, como su casa, tampoco se halla en el interior de la aldea, sino en los alrededores. Para llegar hasta ella, debe subir una larga cuesta. Una vez en la biblioteca, Nier busca a una joven mujer llamada Popola, quien dispone de su propio despacho.
  —Buenos días —dice ella—. ¿Qué tal se encuentra hoy Yonah?
  —La tos no mejora.
  —Hmm… Eso es preocupante.
  —Lo sé. Sigo esperando a que mejore, aunque sea un poco, pero… No sé. Me da la sensación de que la estoy fallando.
  —¡Ni se te ocurra pensar eso! —replica Popola—. Eres el mejor hermano que podría tener. En fin, esperaba que pudieras echarme una mano con un asunto. Tengo un pedido procedente del distrito comercial. El cliente necesita carne de carnero de las llanuras del norte.
  —Entendido, voy para allá.
  —Ah, y una cosa más. Ya que vas, ¿te importaría comprarme tres plantas medicinales del cliente? Ya no me quedan. Toma algo de dinero.
  Popola le da mil monedas de oro.
  —Aquí hay de sobra —dice él.
  —Bueno, entonces, compra también para Yonah.
  —Gracias por todo, Popola.
  —¿A qué viene eso?
  —Es por… la forma en que tú y los demás aldeanos os preocupáis por nosotros. Os lo agradecemos mucho.
  —Je. No hay de qué. ¿Qué menos que preocuparnos los unos por los otros? Además, todos estamos deseando que Yonah se recupere y vuelva a sonreír. Así que anímate, ¿vale?
  Antes de abandonar la biblioteca, Nier encuentra a su hermana revisando los libros de una estantería.
  —Yonah, deberías estar en la cama.
  —Lo siento… Solo quería buscar algún libro sobre cómo curar mi enfermedad.
  —No te preocupes, Yonah. Todo va a ir bien. Tienes que comer y descansar. Si te cuidas como es debido, te curarás.
  —¿De verdad lo crees?
  —¡Estoy seguro! Mira, tengo cosas que hacer, así que necesito que vayas directa a casa. ¿Prometido?
  —Prometido.
  Nier parte en dirección a las llanuras del norte.
   
  «La gente dice que el mundo se muere. La población se reduce cada vez más mientras la plaga y la enfermedad campan a sus anchas. Y, por si eso fuera poco, ahora también han aparecido unos monstruos, conocidos como “Sombras”, que amenazan nuestras vidas. Pero no puedo permitir que eso me distraiga. Mi hermana pequeña está enferma, y mi única meta es garantizar que sobrevivamos los dos. Vivir sin ayuda de nadie no resulta sencillo para un par de chiquillos. Pero los aldeanos siempre han sido muy buenos con nosotros, y, a pesar de todo, tengo la sensación de que todo irá bien. No me queda otra. Así debe ser para ambos».
   
  Los encargos de Nier son sencillos, así que no nos vamos a entretener. En primer lugar, tiene que cazar unos cuantos carneros salvajes, porque allí nadie ha oído hablar de ganadería, al parecer. Al volver a la aldea, se topa con unas Sombras, lo cual resulta preocupante, pues nunca se habían acercado tanto a la zona habitada. Lo siguiente es llevar esa carne al cliente, un tendero que, entre otras cosas, vende plantas medicinales. Nier compra tres y se las lleva a Popola.
  —Muchas gracias —dice la mujer—. Eso es todo por ahora. Date prisa y ve a ver a Yonah.
  Nier regresa a su casa.
  —¡Estás de vuelta! —exclama Yonah, ilusionada—. ¿Cómo ha ido el día? ¿Algo interesante? Porque… yo he estado aquí todo el día, como me pediste. —Bueno, en realidad estuvo en la biblioteca—. He intentado entretenerme leyendo, pero me he terminado todos los libros. Así que, si tienes alguna historia entretenida, más vale que me la cuentes.
  —Hmm… —Nier trata de recordar—. Bueno, Popola me habló de una flor legendaria: la Lágrima lunar. ¿Te suena?
  —Qué nombre más absurdo.
  Si ella lo dice…
  —Puede —responde Nier—, pero la gente dice que, si la encuentras, te vuelve más rico de lo que puedas llegar a soñar. Si algún día la encuentro, ¡te compraré galletas hasta que te duela la barriga!
  —¿Y esa Lágrima lunar podría curarme?
  —¡Pues claro! —asegura Nier—. Con tanto dinero, podríamos comprar los mejores medicamentos, ¡de esos capaces de curarlo todo!
  —Hmm…
  —¿Qué pasa, Yonah?
  —N-nada. ¡Buenas noches!
  Es una forma de hablar, ya que, según parece, viven en un estado de día perpetuo. Esto no se menciona hasta más adelante, pero ya se puede intuir.

Capítulo 3 – Santuario Perdido

  Un nuevo día se presenta ante los hermanos.
  —Voy a ver a Popola —dice Nier—. Por favor, no te metas en problemas, ¿vale?
  —Vaaale…
  Nier se dirige a la biblioteca. Popola es una mujer fácil de localizar.
  —¿Hay algo en lo que pueda ayudarte hoy? —se ofrece Nier.
  —Pues la verdad es que sí. Pero… es una cosa un poco complicada.
  —Seguro que puedo ocuparme.
  —¡Menuda confianza! A ver, sabes dónde está el puentecito de madera de las llanuras del norte, ¿no?
  —¿El de los pilares carcomidos?
  —Ese —asiente Popola—. Hemos enviado a un equipo de carpinteros para arreglarlo, pero las Sombras los han atacado.
  —Venga ya, ¡si allí siempre hace sol!
  De lo cual podemos deducir que la luz solar repele a las Sombras. Tiene sentido.
  —Ya… —dice Popola—. Pero se ve que el cielo estaba cubierto, y las Sombras los han pillado desprevenidos. Uno de los carpinteros está herido de gravedad. No pueden trasladarlo con las Sombras merodeando.
  —Entiendo. Quieres que las elimine.
  —Solo si te ves capaz. Podría ser muy peligroso.
  —Todo irá bien, Popola. Llevo mucho tiempo entrenando. Soy el más fuerte de la aldea. Es más, me cargué a un puñado de Sombras cerca de la entrada de la aldea ayer mismo.
  —¿En serio? Eso es un poco preocupante.
  Este Nier, a diferencia del primero, es experto en el manejo de espadas, así que no le supone ninguna dificultad eliminar a las Sombras que merodean cerca del puente de las llanuras del norte. Después, regresa a la biblioteca para informar a Popola.
  —¿Ha ido todo bien? ¿Estás herido?
  —Estoy perfectamente.
  —Menos mal. ¡Estaba preocupada! Me sentía fatal por enviarte a una misión tan peligrosa. Si llega a…
  —Popola, mírame. Estoy bien.
  —Lo sé, lo sé… Estoy aliviada, eso es todo. Toma esto. Los carpinteros te han dejado algo de dinero. Ve y cómprale algo bonito a Yonah, ¿vale?
  —¡Muchas gracias!
  —Ah, por cierto. Tu hermana vino a verme hace un rato.
  —¡¿Qué?! ¡Se suponía que iba a quedarse en casa!
  —Tranquilo, está bien. Solo quería preguntarme algo. Quería información sobre el mundo exterior.
  —¿Sobre lo que hay fuera de la aldea?
  —Eso es —asiente Popola—. La pobre parecía entusiasmada; no había manera de hacerla callar.
  —Seguro que ha vuelto a coger una idea disparatada de uno de sus libros.
  —No te preocupes, le he recordado que no puede cruzar las puertas. Pero estaba preocupada por ti, así que no te entretengas y ve a casa.
  —Eso voy a hacer. ¡Gracias de nuevo!
  Nier regresa a casa. Lo que le espera, esta vez, no es un feliz reencuentro, sino una desagradable sorpresa. La casa está vacía.
  —¿Yonah?
  No hay respuesta. Nier supone que su hermana ha debido de volver a la biblioteca en busca de algún libro, así que va tras ella. Sin embargo, allí tampoco hay rastro de Yonah. Alarmado, Nier decide volver a preguntar a Popola.
  —Oye, no encuentro a Yonah. ¿Tienes idea de adónde ha podido ir?
  —Hace un buen rato que no la veo por aquí.
  —¿Recuerdas que te dijera algo más?
  —Hmm… Me preguntó si sabía dónde solían crecer las Lágrimas lunares. Qué adorable es. Le dije que, hace mucho tiempo, crecían junto al Santuario Perdido.
  Quizá debería haber empezado a sospechar que tramaba algo…
  —¿Por qué querría información sobre las Lágrimas lunares? —se pregunta Nier—. ¡Ah, joder!
  —¿Qué pasa?
  —Ayer le conté que las Lágrimas lunares podían hacerte ganar grandes fortunas. Terminamos hablando sobre los medicamentos que podríamos comprar con ese dinero para curarla.
  —¿No creerás que…?
  —Estoy seguro de ello. ¡Tengo que ir a buscarla! ¿Por dónde se llega más rápido al Santuario Perdido?
  —Por la puerta este.
  Nier se dirige de inmediato a la puerta este. Tirado en el suelo, encuentra un objeto que le es familiar: el lazo de su hermana. Se le debió de caer cuando pasaba por allí. Los guardias que vigilan la puerta están haciendo un magnífico trabajo, no cabe duda. Ejem.
  —No me lo puedo creer… Así que realmente ha ido al Santuario Perdido…
  Más adelante hay un cruce de caminos; uno al norte, otro al sur. El que lleva al Santuario Perdido es el del norte. Por desgracia, está cortado debido a un derrumbe de rocas.
  —Es imposible que Yonah haya pasado al otro lado… Quizá haya encontrado otra forma de cruzar.
  Qué misterio. ¿Cómo habrá superado Yonah el derrumbe de rocas? Lo único que hay es una escalera de mano a tres o cuatro metros de distancia, perfectamente visible. Tendremos que pedir ayuda a Dora la exploradora.
  En todo un alarde de ingenio, Nier utiliza la escalera para seguir avanzando. El camino concluye en un puente colgante, que comunica con la parte superior de un viejo edificio. En realidad, toda la zona son las ruinas de una antiquísima ciudad. Recordemos que estamos en el año 3465.
  Nier se interna en el Santuario Perdido, que no es más que el nombre con el que conocen a dicho edificio. Está plagado de Sombras, por lo que Yonah podría estar en peligro. Eso, claro, suponiendo que siga con vida… Nier asciende hasta el tejado del Santuario Perdido y, desde allí, llega a una habitación algo diferente. Es como un largo pasillo que concluye en un altar. Sobre ese altar yace su hermana. Una barrera mágica impide llegar hasta ella. Pero eso no es todo. Una segunda barrera mágica, erguida entre dos enormes estatuas mecánicas, bloquea el paso en medio del pasillo. Y luego están las Sombras…
  Vale, vamos por partes. Lo primero es esquivar a las Sombras, que no dejan de aparecer, y golpear la primera barrera, a lo bestia, hasta hacerla caer. Tiene un único punto débil: un libro con un rostro tallado en la cubierta, situado justo en el medio de la barrera. ¿Os suena de algo? Sin embargo, este es algo distinto al que vimos en el primer capítulo, pues sus tapas no son oscuras, sino blancas.
  —Uf… —El libro comienza a moverse por su cuenta—. Por lo más sagrado, ¡¿puedes hacer el favor de dejar de fastidiarme?!
  —¡Pues no te interpongas en mi camino! —replica Nier.
  —¡Por todos los cielos! ¡Jamás me habían tratado así! Mi valor es incalculable, y, aun así, te me acercas como una vulgar cucaracha. ¡Bah! Por esto mismo detesto relacionarme con la gente.
  Nier ignora al libro e intenta destruir la segunda barrera. Por desgracia, contra esta no tiene nada que hacer.
  —¡Yonah! ¡Di algo! ¡Yonah!
  Su hermana no despierta. Y las Sombras no dejan de aparecer.
  —¡Vaya! —exclama el libro—. Admiro tu gallardía. Un joven solitario contra viento y marea… ¡Pero ese plan es absolutamente ridículo! ¡Estás en presencia de una sabiduría antigua! Soy un tomo de lo más misterioso y arcano. Podría serte de gran ayuda.
  —¿Que eres qué?
  —De hecho, podría aplastar a estos seres inmundos como moscas, si quisiera. ¡Soy Grimoire Weiss! ¡Los reinos se arrodillan ante mi nombre! Te doy una última oportunidad: agacha la cabeza y acepta mi poder, o fracasa a solas.
  Nier, cansado de luchar, no tiene más remedio que aceptar su propuesta. Aunque, la verdad, no tiene ni idea de qué es lo que le está proponiendo exactamente. Con Grimoire Weiss de su lado, las Sombras caen como moscas. Vaya, tal y como dijo él mismo.
  —Bien —dice Nier—, y ¿cómo salvamos a Yonah?
  —Cuando destruya a estas Sombras, la barrera mágica debería desaparecer.
  —¿Puedes hacer algo así?
  —¡Ja, ja, ja! ¡Soy Grimoire Weiss! ¡Los reinos se arrodillan ante mi nombre!
  —¡Pues hazlo ya, Weiss!
  —¡Bah! ¡Debes dirigirte a mí por mi nombre completo!
  Pero Nier está demasiado ocupado luchando.
  —¡No dejan de aparecer!
  —No deberíais haberos vuelto contra mí, bestias inmundas. ¡Con una sola palabra, yo, Grimoire Weiss, puedo pulverizar el universo! ¡Preparaos para…! Eh… Ay, madre…
  —¿Qué pasa? —pregunta el chico.
  —Parece que la severa paliza que me diste antes me ha borrado la memoria.
  —¡¿Me estás tomando el pelo?!
  Por suerte, a medida que luchan, Grimoire Weiss va recuperando sus poderes.
  —La sangre es sonido… Los sonidos son palabras… ¡Y las palabras, poder!
  —¿Esto es magia? —pregunta Nier.
  —¡Claro! ¡Es el verdadero poder de Grimoire Weiss!
  De pronto, las dos enormes estatuas mecánicas se activan. Son Hansel y Gretel. Nier y Grimoire Weiss tienen que esforzarse al máximo para derrotarlas. Cuando lo consiguen, la última barrera se desvanece.
  Nier corre al encuentro de su hermana, quien acaba de despertar.
  —Perdóname… —dice ella—. No pretendía… Solo quería ayudar.
  —No, perdóname tú a mí. Seguro que estabas asustada. ¿Estás bien?
  Pero no van a tener tiempo para seguir pidiéndose perdón, su afición favorita, ya que el edificio amenaza con venirse abajo (por motivos desconocidos). Nier carga a Yonah en su espalda y, con la inestimable compañía del gran Grimoire Weiss, abandonan el Santuario Perdido instantes antes de que la entrada se derrumbe (por motivos desconocidos).
  —Lo he intentado… —se lamenta Yonah—. No he podido encontrar ninguna Lágrima lunar, lo siento… Yo… solo pretendía hacerte rico… y librarme de esta enfermedad… Lo siento…
  —No te preocupes por… —De pronto, Nier se fija en unas marcas negras que están apareciendo sobre la piel de su hermana—. ¡¿Qué te pasa, Yonah?!
  Esta situación ya la hemos visto antes…

Capítulo 4 – Necrosis rúnica

  Nier lleva a su hermana de vuelta a casa para que pueda descansar. Grimoire Weiss los acompaña, pues ha quedado enlazado al chico. Como esta guía argumental a vosotros. No os deshagáis de ella.
  —Tiene la necrosis rúnica —dice el libro parlante y volador—. ¿Cuándo ha sucedido?
  —Empezó con una tos extraña hace cosa de un mes.
  —La enfermedad maldice a la persona afectada con unos símbolos rúnicos extraños que se van esparciendo por el cuerpo. Y me temo que… no tiene cura.
  —Yonah…
  —Vamos, será mejor dejar que descanse.
  El chico y el libro abandonan la habitación.
  —Qué injusticia… —dice Nier—. ¡Yonah no ha hecho nada malo! ¡¿Por qué nos persiguen estas desgracias?!
  —Si dispusiera de los medios, ayudaría a la joven de buena gana.
  Sin nada mejor que hacer, Nier sale a dar una vuelta por la zona. Entre la aldea, la biblioteca y su casa hay una fuente circular que suele estar muy concurrida. Allí se encuentra Devola, hermana gemela de Popola. Devola está cantando una bella canción, en un idioma desconocido, mientras toca la guitarra.
  —¡Has vuelto! —exclama al ver llegar a Nier—. Me tenías preocupada. Me dijeron que te habías marchado por la puerta este, y… Espera, ¿qué es ese libro?
  —¡Soy Grimoire Weiss! ¡Y más te vale tratarme con el debido respeto!
  —¿Eres Grimoire Weiss, en serio? ¡Vaya!
  —¿Lo conoces? —pregunta Nier.
  —¡Pues claro! —responde Devola—. Es el libro blanco que mencionaba en mi canción: la Canción de los ancestros. Se trata de una balada muy antigua que ha ido pasando por numerosas generaciones de aldeanos. La letra está en un idioma olvidado, así que dudo que le encuentres sentido.
  —¿Sabes lo que significa?
  —A ver, tampoco la he estudiado a fondo, pero puedo explicarte algunas partes. Al parecer, hay un libro negro terrible que aparece y propaga enfermedades por todas partes. Luego está el libro blanco, que hace acto de presencia, salva el mundo y todos recobran la alegría. Ya te haces a la idea…
  —Hmm… ¿Cómo dices que salva el mundo ese libro blanco?
  —No es más que una canción, Nier. No sé nada más.
  —Vaya…
  —¡Eh, no estés triste! ¿Por qué no vas a ver a Popola y le preguntas? Esa chica es muy lista, puede que sepa algo.
  —Buena idea. Gracias.
  Una vez más, Nier visita a Popola en su despacho de la biblioteca.
  —Me he enterado de lo de Yonah —dice ella—. No sé qué decir. Lo lamento.
  —A ver si puedes ayudarme… ¿Qué sabes de la balada que suele cantar Devola?
  —Espera, espera… ¿Ese que te acompaña es Grimoire Weiss?
  —¿Tú también lo conoces?
  —¡Por fin alguien que aprecia la calidad a simple vista! —exclama Weiss.
  —Sí, ya sabes, la Canción de los ancestros… —dice Popola—. Esto es lo que dice la leyenda: «Cuando el gran libro negro, Grimoire Noir, traiga la desgracia al mundo, el libro blanco, Grimoire Weiss, aparecerá con sus Versos sellados. Los empleará para derrotar a Grimoire Noir y acabar con el caos que originó».
  —¿Qué es un Verso sellado? —pregunta Nier.
  —No queda ningún registro donde se especifique —responde Popola—, así que no lo sé con seguridad, pero supongo que se trata de algún tipo de magia.
  —¡Magia! ¡Eso es!
  —¿Eh? ¿A qué te refieres?
  —La canción dice que Grimoire Weiss purga el mundo de sus desgracias, ¿verdad? Y dice que lo consigue utilizando los Versos sellados…
  —¡Je! —Weiss ríe—. ¿Así que piensas que la materia que imbuí en el santuario es uno de esos Versos sellados?
  —¡Exacto! Con tu poder, podrías curar a Yonah.
  —Chicos, no os emocionéis —replica Popola, menos optimista—. Eso no es más que una leyenda.
  —Bueno —dice Nier—, Weiss no era más que una leyenda hasta ayer, y míralo ahora. Si él es real, todo lo demás también debería serlo. Seguro que puede curar la necrosis rúnica. ¡Seguro!
  —¿Y se sabe algo del paradero de ese… Grimoire Noir? —pregunta Weiss.
  —Lo siento —responde Popola—, pero no aparece nada sobre él en los archivos. Solo sé que hay una serie de Versos sellados ahí fuera.
  —También parece —añade Weiss— que las Sombras a las que combatís y los Versos están intrínsecamente conectados.
  —¡Pues vamos a cargarnos a todas las Sombras que encontremos! —sentencia Nier.
  —¡No! —dice Popola—. ¡Eso sería demasiado peligroso!
  —No pienso quedarme de brazos cruzados mientras Yonah sigue sufriendo.
  —¡Pero…! —Popola se da por vencida—. Está claro que no voy a conseguir convencerte de lo contrario, así que… He oído que las Sombras se encuentran cerca de una aldea llamada Nido del Águila. Hay que cruzar el puente de las llanuras del norte. Ya deberían haber terminado de repararlo. Quizá encuentres uno de los Versos sellados allí. En cuanto llegues, ve a hablar con el jefe de la aldea. Vive en la casa situada en el punto más alto de Nido del Águila.
  —Entendido.
  Nier abandona la biblioteca y pone rumbo a las llanuras del norte.
  —Puedes salvar a Yonah, Weiss. ¡Vaya, podrías salvar al mundo entero!
  —¿Podría? Me pregunto si será verdad…
  —Y yo que pensaba usarte para avivar el fuego…
  —Deberías respetar más a los seres mágicos omnipotentes.

Capítulo 5 – Nido del Águila

  Más allá del puente de las llanuras del norte hay un túnel. En mitad del túnel hay un claro, con una pequeña cabaña vacía. Por ahora no es importante, pero lo será muy pronto.
  Al otro lado del túnel se halla la aldea de Nido del Águila, suspendida sobre plataformas, unidas por puentes colgantes. Desde luego, un diseño peligroso. Y más aún si tenemos en cuenta que está siendo atacada por Sombras.
  Nier elimina a tantas Sombras como le es posible, pero los vecinos se niegan a salir de sus casas.
  —No confiamos en los de tu especie —dice una aldeana.
  —Busco a alguien que conozca los Versos sellados —explica Nier.
  Pero las respuestas que recibe no son muy amistosas.
  —¡Eres como ella! ¡Como Kainé!
  —¡Abandona nuestra aldea de inmediato!
  —¡Maldito! ¡Estás maldito!
  Nier, quien no pierde la esperanza con facilidad, llama a la puerta de la casa del jefe. ¿Que cómo sabe que es la casa del jefe? Pues porque es de otro color. Lógico.
  —¡Largo de aquí, intrusos! ¡Marchaos de la aldea y no volváis!
  Pues nada. La misión ha sido un fracaso. Ni siquiera han podido hablar con algún aldeano cara a cara.
  —Parece que no hay Sombras poderosas aquí —dice Grimoire Weiss—. Los Versos sellados jamás aparecerían en un lugar así.
  —Sí —responde Nier—. Vamos a hablar con Popola para elaborar otro plan.
  Toca desandar el camino. Pero no sin antes volver a visitar la cabaña abandonada del claro. Resulta que antes han pasado por alto un objeto que salta a la vista desde lejos: un collar de flores blancas, junto a un dibujo indescriptible, que parece hecho por un niño muy pequeño, y del que no sabremos nada hasta la Ruta B.
  —Qué bonitas —dice Nier.
  —Son Lágrimas lunares —explica Weiss—, unas flores legendarias de belleza incomparable.
  —No puede ser… ¡Son las flores de las que hablé a Yonah!
  —¡Aparta las manos de ahí! —le recrimina una voz cercana.
  Al girarse, Nier descubre que hay una chica algo mayor que él en la entrada de la cabaña. Va vestida con un camisón de noche que deja poco a la imaginación, ropa interior que deja menos aún y unos tacones. En una guía argumental no suelo comentar cómo visten los personajes, pero no podía pasar esto por alto… Sobre todo por el comentario que está a punto de hacer Nier.
  —Eh, Weiss, ¿qué hace esta mujer en ropa interior?
  —Me temo que tenemos asuntos más importantes de los que encargarnos.
  Weiss se ha percatado de algo, que Nier no tarda en notar. De la mano de aquella joven emana una especie de niebla negra.
  —¡¿Es una Sombra?! —exclama el hermano de Yonah.
  Nier y la chica se enfrentan en combate. Ella empuña dos espadas y, lo más extraño de todo, sabe usar magia. Pero apenas tienen tiempo de intercambiar un par de golpes, cuando se ven interrumpidos por una Sombra gigantesca que camina a cuatro patas. Es Hook.
  —¡Venga ya! —Nier no da crédito—. ¡¿En serio?!
  —¡Fuera de mi camino! —La chica aparta a Nier y se abalanza sobre la Sombra—. ¡Es mía, idiotas! ¡Muere! ¡Muere, muere, muere! ¡Te voy a sacar los dientes para metértelos por el culo!
  Vaya con la señorita.
  —¡Esa mujer es tan mortífera con la boca como con las espadas! —dice Weiss.
  Le parezca bien o no, Nier y Weiss están decididos a luchar a su lado. En un momento dado, Hook está a punto de aplastar a la chica, pero ella repele el ataque con su magia. Entonces, la Sombra huye.
  —¡Vuelve aquí, pedazo de…!
  Al usar la magia, han aparecido en su brazo símbolos idénticos a los de la necrosis rúnica. Sin embargo, tanto los símbolos como la niebla desaparecen cuando ella cae al suelo, inconsciente.
  —¿Es humana? —pregunta Nier.
  —La ha poseído una Sombra —asegura Weiss—. Es mitad humana y mitad… otra cosa.
  —Uf… Me siento mal por tratarla como a una de esas criaturas.
  Nier la lleva a la cabaña para que pueda descansar. Un rato después, la chica despierta.
  —¿Quiénes…?
  —Sentimos haberte atacado —se disculpa Nier—. Pensábamos que eras una Sombra.
  —No andabais muy desencaminados. Ahora, ¡largo de aquí!
  —¡Menudos modales! —protesta Weiss—. Te hemos pedido perdón y hemos venido en tu ayuda. Lo menos que puedes hacer es decirnos cómo te llamas.
  —Me llamo… Kainé. —Los aldeanos de Nido del Águila la mencionaron. No le guardaban mucho cariño—. Mirad, no os va a pasar nada bueno si seguís conmigo, así que haced lo que digo y marchaos. Ah, y una cosa más… Ese monstruo de antes es cosa mía. ¡Ni se os ocurra acercaros a él!
  Nier y Weiss salen de la cabaña.
  —Una medio humana y una Sombra gigante, ¿eh? —dice el libro.
  —Es mona —reconoce Nier—, pero muy intensita.
  —Dentro de esa enorme Sombra debe de haber un Verso sellado. Estoy seguro.
  —Puede ser, pero ahora no vamos a poder con ella. Tengo que aumentar mi fuerza. Vámonos, estoy preocupado por Yonah.

Enlaces:

Parte 1: capítulos 1-5 (Ruta A) cursor
Parte 2: capítulos 6-16 (Ruta A)
Parte 3: capítulos 17-27 (Ruta A)
Parte 4: capítulos 28-37 (Ruta B)
Parte 5: capítulos 38-40 (Ruta C-D)
Parte 6: capítulos 41-43 (Ruta E)
Parte 7: capítulos 44-45 (Extras)

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