Gracias a Netflix, estoy conociendo series poco convencionales de las que, de otra manera, ni habría oído hablar. Hace poco fue Kantaro: el empleado goloso, una serie que mezcla humor absurdo con repostería. Os la recomiendo por su originalidad, aunque no soy muy fan de la repostería, y quizá peca demasiado de absurdez no necesariamente humorística.
Blazing Transfer Students, en cambio, está enfocada únicamente en el humor…, y es ahí donde me ha ganado.
Kakeru x 7
Blazing Transfer Students, también llamada Blazing Transfer Student: Reborn, es una serie con actores reales basada indirectamente en el manga Blazing Transfer Student…, aunque la historia no tiene nada que ver, por lo que no considero que haya que estar explicando de qué va (además, no lo he leído, por lo que podría meter la pata ).
Quería mencionarlo, pero ahora centrémonos en la serie de Netflix.
Blazing Transfer Students no tiene presentaciones de ningún tipo, ni tampoco las necesita, porque los protagonistas son todo lo cliché que se puede ser (precisamente con ese objetivo: que los conozcamos en dos frases, si no antes). Todos ellos se llaman Kakeru, y, a modo de curiosidad, están interpretados por los siete miembros de Johnny’s West, un grupo de J-pop.
Tras el desconcertante y absurdísimo inicio, descubrimos que los siete Kakeru son estudiantes de intercambio que acaban de llegar a la Academia Tanebi, elegidos por el director Noboru Takizawa para cumplir una misión: ayudar a otros institutos problemáticos.
Cada capítulo se desarrolla en un instituto diferente, y casi siempre está protagonizado por tres Kakeru, de los cuales uno tiene más protagonismo que los demás (por eso hay 7 capítulos, sin contar el de presentación).
Sobra decir que no son institutos convencionales, pues no es una historia detectivesca ni de misterio, sino una comedia absurda total, desde el primer segundo hasta el último.
A una serie de humor absurdo no le pido inteligencia (suele llevarla implícita), trama compleja, personajes interesantes o buena fotografía. Ni siquiera una banda sonora decente. Una serie que quiere basarse en humor absurdo sólo debe conseguir una cosa: hacer reír a toda costa.
Es por eso que, pese a que objetivamente pueda sacarle muchos defectos, me ha cautivado lo suficiente como para verla casi del tirón (en dos días). También ayuda que sólo haya 8 capítulos y que sean cortos (poco más de 20 minutos), pero habría visto gustosamente otros 8, 16 o los que me pusieran delante.
Es una recomendación peligrosa, porque os tiene que convencer mucho el estilo para que os guste, pero a poco que os atraiga el humor absurdo japonés y la veáis con predisposición de reír, creo que os puede sorprender.
¿Estamos hablando de un humor japones absurdo clásico? Por favor, responda con una de las siguientes opciones:
-Te muerde un perro la mano y con tu grito destruyes el sistema solar
-De tu nariz sale un pelo gigante, y de el aparece un ejercito de recios soldaditos
-Te levantas una mañana y decides destruir la civilización porque puhuhuhu
AVISO: la validez de su respuesta dependera de su nivel de alcohol en sangre y de su capacidad de entender referencias, muchas gracias por participar.
La tercera opción siempre (aunque reconozco que la primera no recuerdo de qué era
).
Ya que hablabamos de humor absurdo japonés era imposible no mencionar Nichijou, con la escena de «Los perros no muerden». Aunque debo confesar que mi memoria me ha engañado, he revisado ese momento y no destruye el sistema solar (pero casi
)
En defensa de Kantaro, la culpa de esa «absurdez no humorística» seguro es de las reposterías por crear mezclas tan raras, difícil no «viajarse» tras consumirlas…
Y aunque no soy muy fan del género, le dare una oportunidad a Blazing, sobretodo ahora que tengo en tan buena estima a los asiáticos
