(Versión analizada: Stadia)
Hoy os voy a hablar de uno de mis últimos descubrimientos, que es también uno de los múltiples hijos bastardos de Ocarina of Time, ese juego al que han jugado hasta quienes no han jugado. La influencia de Zelda queda patente en todas las plataformas y generaciones posteriores.
Por desgracia, y para frenar estas posibles altas expectativas iniciales, Ary and the Secret of Seasons es también un fiel reflejo de uno de los mayores problemas a los que se enfrenta el sector en estos últimos años: las prisas. Por culpa de ello, no es todo lo bueno que podría haber sido.
Antes de nada, conozcamos la historia y veamos en qué consiste este gran desconocido.
Historia
La nación de Valdi está dividida en cuatro territorios, cada uno de ellos representado por una estación: la primavera de Ostara, el verano de Lammastide, el otoño de Samhain y el invierno de Yule. No es una simple representación simbólica, sino que, en cada una de esas regiones, la estación que los identifica se mantiene constante. Esto, que no tiene nada malo de por sí, se convierte en un problema cuando unos cristales mágicos caen del cielo e invierten las estaciones de cada territorio. Los habitantes de Lammastide, acostumbrados a vivir en ropa de manga corta, se ven sorprendidos por un frío gélido. Samhain se seca rápidamente sin sus habituales lluvias. Etcétera.
Por si tamaña tragedia no fuese suficiente, Gwenn, el Guardián del Invierno, responsable de cuidar a la buena gente de Yule, acaba de sufrir otra desgracia: su hijo mayor y aprendiz, Flynn, ha desaparecido. Es por eso que, cuando los cuatro guardianes acuerdan reunirse para tratar el grave asunto que acontece a la nación de Valdi, Gwenn se muestra reacio. Es una sombra del gran hombre que fue. Se pasa todo el día sentado, deprimido, junto a una fotografía de su hijo.
Es entonces cuando Aryelle da un paso al frente. La hija menor de Gwenn, alentada por todas esas historias de héroes y grandes aventuras que ha leído en sus libros, decide suplantar a su hermano. Ary, desoyendo las prohibiciones de su madre, se corta el pelo como su hermano, se viste como él y se arma con la espada de madera con la que le veía entrenar.
¡Por el invierno!
¿En qué consiste?
Estamos ante un juego de aventura y acción, con toques plataformeros, de estilo simple aunque, a primera vista, elegante.
Durante los combates cobra importancia la mecánica de esquivar y bloquear, por lo que hay que jugar con un mínimo de cuidado. Al menos, repito, en principio. Más tarde veremos que no siempre es así.
La novedad de The Secret of Seasons radica en el uso de las esferas estacionales. Con la de invierno, primero, pero con todas las demás posteriormente, Ary es capaz de invocar los poderes de cada estación, siempre y cuando no se encuentre en ella. Por ejemplo, si estamos en la Yule afectada por el verano, podemos usar la esfera de invierno para devolver los efectos de esta estación a nuestros alrededores, en un estrecho margen de espacio. ¿Y qué utilidad tiene? Podemos hacer aparecer hielo que usar a modo de plataforma, o podemos hacer justo lo contrario: convertir el hielo en agua bajo la que nadar. Si usamos la de primavera, esa misma agua desaparece, lo que nos permite arrastrar objetos donde antes había un lago.
Los cambios de estación son la base de todos los puzles, así como de algunos combates. ¿Que un enemigo tiene un escudo de hielo? Di «hola» al verano y «adiós» a tu protección, colega.
¿Cuáles son sus puntos fuertes?
La historia, sin ser compleja, es entretenida. Cuenta con personajes interesantes y buen humor, sobre todo cuando rompe la cuarta pared. A destacar la prota, Ary, que, pese a ser una niña, me ha parecido lo mejor del juego.
El uso de las estaciones, lo que vendría a ser la base de Secret of Seasons, me parece original y bien planteado.
¿En qué debería mejorar?
Todo el juego parece hecho a medias, sin pulir. Hay muros invisibles por doquier, tiene un montón de bugs, las mecánicas jugables no terminan de funcionar correctamente… Un buen ejemplo son los combates, que se convierten en un machacabotones absurdo sin ningún interés.
Las transiciones entre escenas son muy bruscas. Y esto ya no es un problema técnico o un error puntual, sino una mala ejecución de algo que debería darse por sabido. Me cuesta creer que estén conformes con su trabajo.
Los menús no me convencen. Acceder al mapa es una pesadilla. Más detalles que deberían ser básicos para un juego de 2020…
Todavía no me explico lo que han hecho con la traducción. Hay textos adaptados de forma impecable, donde todo está bien escrito y localizado, y otros muchos en los que se nota que han sido pasados por un traductor automático, sin revisión, por lo que os podéis hacer una idea del horrible resultado. Os pongo solo un ejemplo: «Save game» no es «Guardar partida» sino «Ahorro de partida». Ahora imaginad toda una conversación así…
Valoración final
Ary and the Secret of Seasons es uno de esos juegos que pueden resultar satisfactorios para jugadores de todas las edades. Por desgracia, su falta de tiempo de elaboración y perfeccionamiento lo convierten también en un título capaz de decepcionar a cualquier jugador con un mínimo de exigencia.
Ojalá los creadores, la compañía belga eXiin, tuviesen también ese mínimo de exigencia y amor propio que te impiden publicar un producto con aspecto a medio hacer. A mí, como creador, me daría vergüenza. Se ve que a ellos no. Pues no pueden aspirar a más.
No voy a negar que me ha divertido durante las más de quince horas que me ha durado, pero, esta vez, voy a darle a la decencia como creador y al respeto hacia el jugador el valor que merecen. No puedo recomendar a nadie algo así, porque me convertiría en cómplice de su mal hacer.
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