Un juego de sigilo bien hecho es algo que siempre divierte. Es una manera de enfocar los videojuegos de aventura y acción hacia la categoría de puzles. Es decir, en el sentido de que importa más pensar que liarse a mamporros.
Spy Chameleon se puede considerar directamente un juego de puzles, con fases muy cortas que siempre consisten en ir de un punto a otro sin ser vistos. Y, como ya supondréis, protagonizado por un camaleón, con las ventajas que eso implica…
Lo primero que hay que explicar es que se trata de un camaleón humanoide, así que no es que tenga que esconderse de otros animales, sino de robots y cámaras de seguridad.
La gracia está en que puede cambiar de color, mimetizándose con algunas zonas del suelo, para evitar ser visto.
90 minutos de sigilo
Hay un total de 75 fases, y, como ya dije antes, son muy cortas. Teniendo en cuenta que algunas son tutoriales, y que apenas hay tres o cuatro que pueden complicarse, el juego entero se puede terminar en hora y media, o incluso menos.
Incluso tenemos la posibilidad de saltar alguna fase… Pero vaya gracia debe tener el juego entonces.
Para ampliar la duración, todas las fases tienen tres retos a superar: terminarlas en un tiempo determinado, encontrar diez moscas, y recoger una o varias mariquitas. Algunos de estos retos son necesarios para avanzar, pero la gran mayoría quedan únicamente para completistas.
Conclusiones
Aunque casi todo el juego parece un tutorial de las cuatro o cinco fases que realmente suponen un reto, al menos divierte lo poco que dura, y tiene algo de variedad: el uso de los colores, las cajas, pulsar botones, mover armarios…
Si jugáis, que sea para completar el 100%. De lo contrario os quedará la impresión de haber jugado a una demo un poquito más larga de lo habitual.
La escasa longitud del análisis da cuenta de ello.
Lo mejor:
– Entretenido.
Lo peor:
– Se puede finalizar en una hora.
– Hay un par de fases no muy bien diseñadas.
(Versión analizada: PlayStation Vita)
Un juego entretenido aunque se echa de menos más ingenio en los puzzles, sobretodo hacia el final, pues en casi ningún nivel hay que pararse a pensar mucho para pasarlo (pues incluso las fases «difíciles» requieren para ello casi exclusivamente un poco de habilidad y práctica), en especial si se ignoran los retos y solo se hace lo mínimo necesario para desbloquear todos los niveles.
Por cierto, creo que la versión de Vita tiene un molesto bug donde algunos paneles que se deberían activar con solo tocarlos no lo hacen a la primera, por supuesto con niveles tan cortos esto no se convierte en un gran problema.