Detrás de este juego con nombre de película de Robert Pattinson o de canción de Alejandro Sanz feat. Alicia Keys, se esconde otro de los regalitos que Sony nos ha hecho a los miembros de PlayStation Plus.

El juego nos traslada a París en 2084. Perdón: Neo-París. La empresa Memorize ha creado unos implantes de cerebro llamados Sensation Engine («Sensen») que permiten modificar los recuerdos de uno mismo (es decir: exportarlos o eliminar los recuerdos que no queremos).
La parte mala de este negocio es que el poder se les ha subido a la cabeza, nunca mejor dicho, y utilizan todos sus recursos para controlar a las masas, llegando a destrozar por completo las mentes de los que se les oponen.

Nilin, cazadora de recuerdos

La protagonista, Nilin, es una Errorista, que es el nombre que reciben los que pueden entrar en la mente de otras personas y modificar sus recuerdos. Es la mejor en su campo, y ha conseguido ganarse admiradores y enemigos por igual.

Pero ahora las cosas no le van demasiado bien: Nilin ha sido capturada por Memorize, y la mayoría de sus recuerdos han sido eliminados. Protagonista sin recuerdos, un recurso muy utilizado en videojuegos, pero que aquí tiene más justificación, dado el contexto.

El juego entero se basa en la fuga de Nilin y su lucha contra Memorize, ayudada por un misterioso hombre apodado Edge, que se comunica con ella únicamente a través del Sensen.

Estilo único

El envoltorio de Remember Me es muy curioso. La ambientación de una París futurista, con ese entorno gráfico tan particular, le da un ambiente único. Pero, ¿es eso necesariamente bueno? (Pista: nop).

Las calles de París, por muy detalladas que estén, no consiguen ocultar «el pasillo» por el que avanzamos durante todo el juego. Que es algo muy normal en juegos de acción, pero… ¿tanto? Personalmente tengo que decir que en pocos juegos me he sentido tan agobiado por un pasillo como en éste. Y no me refiero a agobiarme en plan survival horror, sino a no tener apenas sitio para moverme. Como si estuviera siguiendo una línea más o menos estrecha, sin poder salirme.
Tanto es así, que la cámara muchas veces es un incordio por no tener suficiente sitio para girarla bien…

Las cinemáticas tienen un efecto granulado que ha gustado a mucha gente. Mi opinión se resume en una frase: es un filtro que usa la gente para subir fotos al Tuenti, Instagram, etc.
¿Cómo es posible que haya gente que prefiera esto por encima de una imagen bien definida? Pues la hay.
El resto de escenas no tienen ese efecto, y cumplen bastante bien. Sobre todo porque oculta sus defectos metiéndonos en escenarios con muy baja luminosidad. No confundir la elegancia de saber combinar luces y sombras con el hecho de poner poca luz para que parezca que tiene mejores gráficos. Aquí se mezclan un poco las dos cosas.

Querer y no poder

Si L.A. Noire (por decir un ejemplo reciente) era un buen juego mal hecho, Remember Me es un mal juego bien hecho.

Como juego de acción, es un auténtico coñazo. No me ha divertido ni uno solo de los combates. Cuanto más cortos, mejor. Se salva la parte del helicóptero, por no ser acción pura, sino una escena más elaborada, al estilo Uncharted.

Como plataformas, muy normalito. Nada destacable, pero entretenido, al no poner fases demasiado largas.

Como aventura, también aburrida. La activación de botones y todo eso que viene después, sobra. Prueba suerte con algún puzle y lo hace mal: decir que «del 0 al 9 el 2 es el segundo número» es un pensamiento muy de colegio, y poco de programador (que son los que hacen el juego, por si a alguien se le olvida ese detalle). Os lo aviso para cuando lleguéis a esa parte.

Como historia no es ni larga ni elaborada. No llega a interesante o entretenida. Es mucho mayor el trasfondo que el propio desarrollo. Es decir: te meten en una historia con muchas posibilidades, y lo dejan en stand by.
Tiene giros de guión metidos con calzador, que le dan todo el aspecto de videojuego pretencioso. No se puede querer emocionar con personajes olvidables. Si lo vas a intentar, tienes que currarte mucho más todo lo demás.

Modificando recuerdos

Remember Me tiene una parte muy buena, que no entra en todo lo comentado anteriormente. Las poquitas fases en las que Nilin entra en la mente de alguna persona con la intención de modificar sus recuerdos y conseguir, así, que nos ayude, o que ponga fin a sus planes malosos, etc.

Os cuento en qué consiste:
Vemos una escena sin que podamos intervenir. Una vez ha terminado, podemos avanzar y retroceder por ella, cambiando varios detalles, para cambiar también todo lo que pasa después de cada uno de esos puntos. Ejemplo: quitar el seguro de un arma. Si en la escena una persona tira una pistola sobre la mesa y no ocurre nada, al quitarle el seguro, en esa misma escena, la persona tirará la pistola sobre la mesa… con fatídico resultado.
Entonces, lo que tenemos que hacer es elegir qué cosas modificar y cuáles dejar como están, para conseguir el final deseado. Si nos equivocamos pueden pasar dos cosas: que muera alguien que no queremos, o que todo termine felizmente pero de forma distinta a lo esperado. Ambas son incorrectas. No pasa nada: podemos rebobinar la escena tanto como queramos, hasta conseguir nuestro propósito.

Como idea, me parece magnífica. Creo que nunca se había hecho algo así, y corregidme si me equivoco (*). El problema que tiene es que, al final, queda como detalle del juego, en vez de como epicentro del mismo.
Esas escenas son muy cortas y fáciles. Se pasan rápido y no ocupan más de un 1% del juego. El resto son fases de saltos y luchas olvidables… Entonces, ¿por qué no dar mucho más protagonismo a ideas tan buenas como ésa en vez de ir por el camino de los machacabotones (aunque haya que machacarlos en un orden determinado)?

(*)En los comentarios me han hecho recordar otras obras de planteamiento parecido, como la película Origen (Inception) o el videojuego To the Moon.

Conclusiones

Antes dije que Remember Me era un mal juego bien hecho. Me explico: dentro de sus límites, es un juego muy sólido. Consigue hacer lo que quiere, y lo hace bien. Lo que pasa es que «lo que quiere» es algo muy distinto a «lo que el jugador quiere».
El resultado está muy lejos de ser un mal juego, eso era sólo una forma de hablar. Pero igual de lejos está de ser un juego memorable (ahorrémonos chistes con el título, por favor).
Cuando haces un juego tan corto, tienes que poner toda la carne en el asador. Hacer que esas pocas horas se pasen volando, aprovechando muy bien las buenas ideas y colando disimuladamente la mecánica repetitiva.

El resultado es el que es: un juego muy mediocre, del que únicamente se salva el doblaje español, a pesar de tener el sonido más desincronizado con el movimiento de los labios que he visto nunca. La voz de Graciela Molina me encanta, y tiene esa capacidad de hacer mejor todo lo que toca, que no se puede pasar por alto.
El resto: lo siento, pero no. Menos dedicar esfuerzos a hacer tan apretados los vaqueros de la protagonista y a ponerlo en portada para captar a gilijugadores, y más dedicar horas a pensar en lo que tenéis delante. Remezclar memorias y fase de helicóptero: bien. El resto: ZzZzZz.

Se lleva un Cactilio, y… Espera, ¿quién es esta mujer que acaba de entrar a mi habitación? ¡Anda, pero si es Nilin! ¿Por qué me apunta con su brazo…?

Conclusiones de verdad

Remember Me no es sólo el mejor juego de la generación, sino toda una obra de arte cuya genialidad va más allá de la industria de los videojuegos. Por no decir el mejor invento de la humanidad. Después del Sensen.

(Versión analizada: PlayStation 3)