Crossing Souls es una aventura repleta de guiños ochenteros. Dirge of Cerberus pone punto y final a la llamada «Compilación Final Fantasy VII», con un estilo de juego que en nada se parece al resto de la saga. Y, hablando de ella, terminamos con el inolvidable e inigualable Final Fantasy X. ¡Que comience el peregrinaje!
Crossing Souls
Compañía: Fourattic.
Año de publicación: 2018.
Plataformas: iOS, PC, PlayStation 4, PlayStation Vita, Switch.
Versión analizada: PlayStation 4.
Sí, Crossing Souls es un videojuego desarrollado por un estudio español. No, eso no lo hace mejor. Y ahora que hemos desplegado este escudo antichovinista, pasemos a hablar del juego.
Crossing Souls es un videojuego con mucha personalidad. Perdón, quería decir «con muchas personalidades». Concretamente, las de infinidad de productos ochenteros entre los que navega hasta ahogarse. Ya lo he dicho muchas veces antes, pero lo repito: me gustan los guiños en los videojuegos cuando se presentan en su justa medida. Detalles sutiles. En cambio, cuando la intención es «colar todo lo que quepa», el resultado es una capa hecha con remiendos. Te puede quitar el frío durante un rato (sobre todo si eres incapaz de controlar ese traicionero sentimiento llamado «nostalgia»), pero la vas a dar de lado en cuanto encuentres otra medio decente.
Crossing Souls es una capa hecha con remiendos, ninguno de ellos especialmente bonito. La colaboración entre personajes es su mayor fuerte, o debería serlo, si se le diese un mayor uso. Se conforma con lo justito.
Si vosotros también os conformáis con poco, podéis pasar nueve o diez horas entretenidas. Por el contrario, si buscáis algo que no hayáis visto mil veces antes, pues…
Dirge of Cerberus: Final Fantasy VII
Compañía: Square Enix.
Año de publicación: 2006.
Plataformas: PlayStation 2.
Dirge of Cerberus es un videojuego creado para amantes de Final Fantasy VII. No por la jugabilidad, ya que son como la noche y el día (Dirge of Cerberus es un action RPG con aspecto de shooter), sino porque amplía la historia y profundiza en el pasado de uno de los personajes opcionales del juego base. Toda la nueva trama está bien enlazada, aunque su calidad ni se aproxima a la de la aventura de Cloud y compañía.
Longing
No voy a negar lo mucho que he disfrutado de Dirge of Cerberus, como enamorado de Final Fantasy VII que soy. Aun así, visto de forma objetiva, puedo entender que haya muchos otros fans a quienes no les interese ni lo más mínimo, hasta el punto de repudiarlo, incluso. Y para aquellos que ni siquiera sientan especial admiración por Final Fantasy VII…, no me atrevería a recomendaros nada más que las cinemáticas, de lo mejor que se ha hecho nunca en un videojuego.
(Guía argumental disponible: MakoSedai.com/guia-argumental-de-advent-children-y-dirge-of-cerberus)
Final Fantasy X
Compañía: Square.
Año de publicación: 2001.
Plataformas: PC, PlayStation 2, PlayStation 3, PlayStation 4, PlayStation Vita, Switch, Xbox One.
Versiones analizadas: PlayStation 2, PlayStation 3 y Switch.
Final Fantasy X supone, o supuso en su día, una ruptura con la fórmula clásica de la saga. Aunque todas las entregas anteriores ya buscaran (y consiguieran) innovar, la brecha se hizo mucho más notable entre la novena y la décima entrega. Un gran riesgo, debo añadir, pues venían de hacer los que, en mi opinión, son los tres mejores videojuegos de la historia. ¿Quién estaría tan loco de cambiar lo que no solo funciona, sino que es insuperable? Square, claro, ¿quién si no?
Besaid
A los aficionados no suele hacerles mucha gracia que las compañías cambien lo que les gusta. El riesgo es evidente. Y ¿cuál fue el resultado de las decisiones tomadas con Final Fantasy X? Os voy a poner un par de ejemplos rápidos, tomando como referencia la mundialmente famosa revista japonesa Famitsū. En marzo de 2006, los lectores de Famitsū votaron sus cien videojuegos favoritos. Cinco años después, los lectores tuvieron que elegir los videojuegos que más les habían hecho llorar. Final Fantasy X ocupó el primer lugar en ambas encuestas.
Los cambios de Final Fantasy X no solo no se convirtieron en un lastre, sino, más bien, en una de sus mejores bazas. A día de hoy, sigo considerando que su sistema de combates por turnos es el mejor que se ha hecho jamás. La banda sonora, pese a no alcanzar el nivel de los tres juegos anteriores (pues nadie lo ha logrado jamás), no baja del sobresaliente. El tablero de esferas es un gran sustitutivo del clásico sistema de niveles. El blitzbol es enfermizamente adictivo, sueño con un juego propio. Su ambientación, tan diferente a todo lo visto hasta el momento, consigue atrapar desde el inicio. El viaje junto a Yuna y los suyos es una experiencia inolvidable. Y lo es, sobre todo, al terminarlo. Me explico.
La historia se ocupa, de manera magistral, de que nos identifiquemos con la ignorancia de Tidus, quien se siente perdido en un mundo tan diferente al suyo. Esa inocencia es la clave de todo. FFX te enamora en la primera partida y te destroza en la segunda. En ambas te hace llorar, por las mismas causas pero por distintos motivos. Hasta las conversaciones más (en apariencia) intrascendentes pueden resultar demoledoras cuando volvemos a presenciarlas desde un punto de vista menos ignorante.
Someday the Dream Will End
Con Final Fantasy X me sucede algo curioso. Es el juego que más veces he comprado, sumando la versión normal y la «HD Remastered», por lo que, como ya imaginaréis, me lo he pasado en varias ocasiones. Sin embargo, es un juego que no me importaría volver a empezar… nada más terminarlo. Dudo mucho que se vuelva a crear algo así.
(Guía argumental disponible: MakoSedai.com/guia-argumental-de-final-fantasy-x-parte-1)
«es un juego que no me importaría volver a empezar… nada más terminarlo. Dudo mucho que se vuelva a crear algo así»
Y de repente, aparece un Souls salvaje!