Doble ración de Kingdom Hearts, con el último de los juegos numerados (hasta la fecha) y el DLC que jamás debió salir por separado: Kingdom Hearts III y Kingdom Hearts III Re Mind. Entre medias, visitamos el Inframundo para conocer al más irreverente de todos los Overlords: Laharl, protagonista de Disgaea: Afternoon of Darkness.

Kingdom Hearts III

Compañía: Square Enix.
Año de publicación: 2019.
Plataformas: PC, PlayStation 4, Switch, Xbox One.
Versión analizada: PlayStation 4.

«Organización Refrito». Así define la historia de KHIII uno de los personajes del juego. Hay poco que pueda decir que mejore ese instante de lucidez, posiblemente involuntaria.

Kingdom Hearts siempre ha tenido una historia de nivel medio-bajo, con un marcado toque infantil. Sin embargo, resultaba atractiva a su manera. Era, cuanto menos, satisfactoria. Dejó de serlo tras Birth by Sleep, la última entrega decente de la saga. Aun así, confiamos. Una confianza que radicaba enteramente en el «III» del título, sin nombres raros ni desvaríos. He aquí el resultado: la historia de Kingdom Hearts III no sólo no remonta, sino que se hunde completamente en el fango. La retahíla de fallos argumentales, absurdeces varias y decisiones cuestionables, da material suficiente para que Pepito Grillo pueda llenar toda una enciclopedia. Lo recibiría con una sonrisa si la hubiese escrito mi inexistente sobrino de cinco años. Es lo mejor que puedo decir de ella.

A nivel argumental, por construcción y desarrollo, Kingdom Hearts III es uno de los peores videojuegos que he visto en los últimos años. Concretamente, desde que nací. Durante 40 de las 45 horas que me ha durado, la historia no avanza nada. Pero nada. Un mundo de Disney tras otro, con excusas pobres, sin interés alguno, que te presentan dando por hecho que has visto las películas y comprendes todo lo que está pasando. Cuando al fin asoma la verdadera historia de KHIII…, empiezas a echar de menos los mundos de Disney. Al menos, dentro de su simpleza, resultaban coherentes. La improvisación lleva siendo una seña de identidad en los KH desde la segunda entrega, pero aquí, prácticamente, lo consume todo. Años vendiéndolo como el final de la saga, para acabar planteando más preguntas de las que resuelve. Yo, personalmente, no sé si quiero más respuestas.

El apartado jugable, la banda sonora y el estilo visual son los custodios que sostienen la luz de Kingdom Hearts III. Es un juego que me seguiría divirtiendo tras cien horas…, siempre y cuando dejen de meter minijuegos de estilo shooter. Pese a todo, es innegable que, con sus mejoras, los combates suponen un paso atrás con respecto a KHII. Hay demasiadas opciones, algunas de ellas tan absurdas como las atracciones, y la dificultad raya lo inexistente. «Pulsa X para ganar, pulsa triángulo para machacar, invoca a Simba para aniquilar». Da igual que sea el jefe final o el enemigo opcional más difícil del juego. Tampoco os voy a engañar: por mí, bien.

Chikai (Kingdom Orchestra Instrumental Version)

La exploración mejora gracias a los avances técnicos. A cambio, no vaya a ser que se les suba a la cabeza, anula toda motivación para regresar a los escenarios, salvo que quieras dedicarte a recoger coleccionables. Y eso por no hablar de los exasperantes tiempos de carga. Como ya digo, un paso atrás con respecto al magnífico Kingdom Hearts II. Es imposible quedar satisfecho habiéndolos jugado a ambos.

Square Enix vive en un mundo aparte, dentro de su burbuja insonorizada. Mientras ganen dinero, lo demás no parece importarles. Les cuesta comprender cosas tan básicas como que un gran porcentaje de quienes jugamos a Kingdom Hearts lo hacemos porque mezcla los mundos de Disney y Final Fantasy. Disney es la ambientación, Final Fantasy la motivación. Pues, aun así, han tenido los huevazos de, moguris aparte, no incluir ni un solo personaje de toda la saga Final Fantasy en Kingdom Hearts III. Nomura, ¿lo haces a propósito?

(Guía argumental disponible: MakoSedai.com/guia-argumental-de-kingdom-hearts-iii-extras)

Disgaea: Afternoon of Darkness

Compañía: Nippon Ichi Software.
Año de publicación: 2003.
Plataformas: Android, iOS, Nintendo DS, PC, PlayStation 2, PlayStation 4, PSP, Switch.
Versión analizada: PSP.

Antes de empezar, para que no haya confusiones, debo aclarar que esta versión es un remake de Disgaea: Hour of Darkness, el juego original de PS2. Existen otras versiones, como Disgaea DS o Disgaea 1 Complete. En la lista de plataformas he incluido todas las versiones disponibles.

Disgaea no fue mi primer RPG táctico, pero sí el que me enamoró del género. Un juego que me pilló desprevenido. Resultaba imposible de prever. Porque, si hubiese que elegir una palabra para describir toda la saga Disgaea, esta sería, sin ninguna duda, «locura».

Más allá de lo divertida que pueda resultar la jugabilidad, lo más destacable de Disgaea son su humor absurdo y la ingente cantidad de horas de juego que ofrece, si queremos descubrir todos sus secretos. De esto último, sinceramente, puedo prescindir. Creo que se pasan, aunque no deja de ser contenido opcional. El humor, por otro lado, es una seña de identidad máxima de Disgaea. Laharl, Etna, Flonne, los prinnies… Nadie que haya jugado podrá olvidar jamás a todos esos personajes.

Para complementar el gran juego que es Disgaea, nos encontramos con una banda sonora que, si bien puede resultar machacona y repetitiva a la larga, ya podéis prepararos para tenerla en la cabeza durante meses…

Do Your Best, Girl

Kingdom Hearts III Re Mind

Compañía: Square Enix.
Año de publicación: 2020.
Plataformas: PC, PlayStation 4, Switch, Xbox One.
Versión analizada: PlayStation 4.

Square Enix y Nomura tienen la lección bien aprendida: mejor sacar juegos incompletos y, después, vender DLC por separado para tratar de arreglarlos.

Creo conveniente dividir el análisis en dos partes, tal y como hace el propio Kingdom Hearts III Re Mind. Enseguida comprobaréis que sus dos capítulos no se parecen en nada.

Empezamos con esa auténtica estafa soporífera que da nombre al DLC: Re Mind. Esperaba una secuela; me he encontrado una repetición casi literal del tramo final del juego. Mismas cinemáticas, mismos combates. Con pequeñas diferencias, eso sí. ¿Suficiente para justificar la existencia de Re Mind? Os estaría insultando si dijese que sí. Vamos, justo lo que ha hecho Square Enix con los compradores. No merece la pena ni gratis. La historia ya terminaba (¡ja!) de forma vergonzosa en KH III, pero aquí han demostrado que, si se lo proponen, son capaces de superar todos sus límites (hacia abajo). Mi perro sería capaz de escribir un guion más coherente. Y ni siquiera tengo perro.

Young Xehanort Data Battle

El golpe (o como queráis llamar a los 30€ que cobran por esto) se suaviza con la aparición, sorprendente para mí, del «Episodio Limitcut». Aunque no sea la mejor manera de implementarlo, satisface dos de las principales exigencias de los fans, entre los que me incluyo, al añadir personajes de Final Fantasy y combates difíciles de narices. Gracias a esto, merece mucho la pena completar las tareas secundarias del juego base. Así, sí. La próxima, si puede ser, que no llegue tarde, mal y a precio exagerado.

(Guía argumental disponible: MakoSedai.com/guia-argumental-de-kingdom-hearts-iii-extras)