Housemarque nos trae de nuevo el mismo juego. Ése que conoces antes de verlo. Un juego que no hace falta haberlo jugado para haberlo jugado.
Pero, a pesar de eso, resulta entretenido, así que se merece un poco de atención.
¿Qué tenemos delante? Jugabilidad al estilo Smash TV, armas de fuego, y unos humanos contagiados por un virus que les despierta tras su muerte, y de alguna manera irracional les proporciona capacidad de movimiento y fuerza como para atacar a otros humanos en plena forma.
Zombis, vaya.
Son dos cosas las que consiguen que Dead Nation no sea un juego inmediatamente olvidable:
– Su ambientación oscura, cómo juega con la luz, con los ruidos, con las sombras… Sin ninguna necesidad de buscar miedo, consigue crear una ambientación perfecta para un juego así.
– Por encima de todo lo demás, el cooperativo. Es de esos juegos que se notan no demasiado elaborados porque están pensados para ser disfrutados por el cooperativo. Y no digo «en cooperativo» sino «por el cooperativo». Es decir, que la diversión viene más de jugar con otra persona que del juego en sí.
Fuera de eso, es un juego demasiado simple, pero que, como dije al principio, se puede disfrutar solo o en compañía.
Como se puede ver en el vídeo que acompaña la entrada, el arma principal tiene munición infinita. Eso hace que disparar a lo loco sea la mejor estrategia.
De todas formas, podemos encontrar y mejorar otros tipos de armas, como metralleta, escopeta, lanzallamas…
También podemos encontrar armaduras y elegir cuál equipar, al estilo RPG. Éstas suben tres parámetros: defensa, fuerza y velocidad.
Sus modos extra no ofrecen nada nuevo, y se vuelven repetitivos ya a la mitad del primer intento.
Puede parecer poco… pero es lo que hay.
Lo mejor:
– Ambientación.
– Poder jugar en cooperativo.
Lo peor:
– Simple y repetitivo.
(Versión analizada: PlayStation 4)
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