Se podría decir que Mirror’s Edge fue uno de los primeros juegos importantes de la generación PS3/Xbox360. Uno de esos juegos que publicitaban en todos sitios y a todas horas (creo que incluso en mitad de mis sueños había pausas publicitarias y lo colaban). Un juego que casi todo el mundo que poseía esas consolas había probado, aunque fuera la demo.
Yo me incluyo en ese último grupo. Los que probaron la demo y se olvidaron de él. Sin embargo, su original planteamiento me dejó con la necesidad de jugarlo completo algún día lejano. Y el día ha llegado.
Historia
La historia nos pone en la piel de Faith, una «Runner». No, no es una chica que hace footing por las mañanas. Lo de correr es más bien su trabajo. Os explico:
Dentro de una ciudad dirigida por un gobierno dictatorial, los Runners son los únicos que se atreven a dar la cara, llevando encargos de un lugar a otro. Podríamos decir que son una especie de mensajeros. Uno de sus integrantes es esta chica que os comentaba, Faith Connors, a la que manejaremos durante toda la aventura.
Y… sinceramente, doy por terminado el apartado de historia. No por tema de spoilers, sino porque tiene un argumento poco o nada interesante, además de previsible. Un hilo conductor entre capítulos. No creo que tenga en tensión a nadie por ver qué será lo siguiente que pase.
Lo importante es la jugabilidad, así que, como siempre, nos centramos en ello.
Preparad las zapatillas
Me gusta definir a Mirror’s Edge como un simulador de parkour. La jugabilidad se basa en correr, saltar, trepar, deslizarnos…
La parte original de todo esto está en que es en primera persona, y que transmite la necesidad de ir todo lo rápido que podamos. A veces da igual: podemos pensar, buscar por dónde avanzar… Pero, muchas otras, tendremos detrás a soldados disparando, por lo que más nos vale correr si no queremos que nos acribillen. Y donde digo soldados podría haber dicho también helicópteros. Poca broma.
Que sea original, no significa que sea bueno. La verdad es que, pese a ser algo teóricamente tan simple, resulta divertido… los primeros minutos. Claro, luego es demasiado repetitivo. Un juego que consiste 90% en correr y trepar, es normal que termine cansando.
Pero no es sólo por su repetitividad (que, insisto, no es hacer algo muchas veces, sino sentir aburrimiento por repetir la misma acción muchas veces), sino su muy mejorable acabado.
Lo que hace interesante a Mirror’s Edge es la necesidad de ir deprisa. Y no porque haya un tiempo encima de tu cabeza, sino porque te pueden coser a tiros. Esa idea me parece genial. Pero entonces te encuentras con cosillas que estropean esa sensación. Os pongo ejemplos: fases en las que está muy poco a la vista por dónde puedes ir, escenarios muy repetitivos que te hacen dudar de si estás avanzando o volviendo para atrás, caminos que no llevan a ninguna parte (si no te estuvieran disparando daría igual), a veces haces algo correcto pero no lo haces bien al 100% y lo dejas de intentar porque te piensas que está mal, a Faith le cuesta agarrarse a algunos salientes aunque llegue de sobra…
La sensación general no ha sido la mejor. Pero, antes de deciros la impresión global, tengo que hablaros de la otra parte de la jugabilidad…
Acción
Por algún motivo, los creadores de Mirror’s Edge han decidido que vendría bien algo de acción. Que Faith sepa luchar. Mi opinión es que no pega absolutamente nada.
Podría aceptar que Faith sepa desarmar o noquear a los enemigos. Pero está hecho de forma muy cutre. Primero, porque los enemigos adivinan dónde estás, algo que, en momentos en los que pretendía cruzar de forma sigilosa, me ha tocado mucho los ovarios (hablo desde el punto de vista de Faith). Sumado a que los disparos atraviesan algunas superficies, y a que a veces estaba rodeada de enemigos y sin saber por dónde ir… Sí, que el juego supuestamente te indica por dónde ir. Supuestamente. SUPUESTAMENTE.
El caso es que vas avanzando en el juego, y, cuando te das cuenta, eso de huir (bien) y desarmar a un poli de vez en cuando (ok), se convierte en un shooter. Soldados por todos lados, armados hasta los dientes, disparándote y metiéndote plomo en el cuerpo sí o sí.
Estoy hablando de soldados con trajes de protección tremendos. Pues los puedes noquear a puñetazos en combate cuerpo a cuerpo. MAL. Estaba quedando muy bien el sistema de tener que huir de todos, y de repente estás en Uncharted. Sí, porque también puedes quitarles un arma y usarla contra sus compañeros. Mi primera idea era no hacerlo, pero cuando tienes que ir por una puerta y hay cuatro tíos delante, quietos, esperándote…
No quería matar a nadie en el juego. No me parecía que fuera la idea de Mirror’s Edge. Pero los programadores me han convencido de lo contrario, haciéndome morir 200 veces. No moría tanto en un juego desde… ni me acuerdo.
Conclusiones
El toque plataformero de parkour que te hace ir rápido para no ser abatido a tiros: aceptable.
El doblaje de Faith y el realismo que transmite poder escuchar su respiración: bien.
Lo demás: mal.
La aventura es corta, pero es que no se puede alargar más un juego así. Si ya, siendo corto, resulta cansino…
Eso sí, puede dar la impresión de no ser tan corto, por el motivo que decía antes: hay que repetir muchas partes, ya sea porque te han matado, o porque Faith ha hecho un salto de fe (chistaco) sobre la carretera (ups). Tiene demasiados fallos de jugabilidad.
Luego está el «modo contrarreloj», que consiste en recorrer los mismos escenarios antes de un tiempo determinado. Nada interesante, en mi opinión.
La idea no era mala, pero se les ha quemado en las manos. Han terminado no sabiendo, los propios creadores del juego, qué es lo que estaban haciendo. Porque la idea del principio del juego se va perdiendo a medida que transcurren los episodios…
Si un videojuego, siendo corto, aburre y desespera, es que no se han hecho bien las cosas.
Lo mejor:
– Una idea original que funciona al principio.
Lo peor:
– En cuanto llevas un par de episodios se vuelve muy pesado.
– Tanta acción sobra en un juego así.
– Pierde el espíritu de «Runner» con partes muy liosas o que toca repetir varias veces por fallos de jugabilidad o por exigir demasiada precisión.
(Versión analizada: PlayStation 3)
Que raro que a mi no me sucediera eso del toque «Uncharted», siempre que me veia rodeado intentaba buscar la salida (porque las hay). Pero sin dudas es mejor jugarlo cuando sabes a donde ir, ahi si que se siente esa sensacion de velocidad que uno espera cuando lo juega por primera vez.
Estoy de acuerdo con los puntos del análisis, pero no sé si le hubiera puesto un boom. Comparado con otros juegos que ofrecen mucha más rejugabilidad, si que pierde mucho pero el juego en si, sin compararlo con nada, me parece bueno.
Comparto la opinión de @Jocacusa. El juego gana muchísimo cuando te olvidas de la historia prescindible y te dedicas a hacer los speedrun de los niveles, con una urgencia «real» de hacerlo todo lo más rápido posible.
Lo tengo descargado desde que lo regalaron. Me da un poco pereza jugarlo.
Hace muy poco vi a un colega jugar a este juego y joder…
VAYA BAZOFIA!!
En serio, no se como la gente puede perder tiempo con esto, lo de las armas es inexplicable en un juego así, podían haberselo currado y que tuvieras que huir pero claro… eso era trabajar.
Menos mal que no palmé pasta en su día por esto