Hace menos de una semana que os hablé del primer capítulo de la saga Commandos, así que, ya que me había puesto, me dije: «¿por qué no te pasas el Commandos 2 otra vez y haces análisis?». No me respondí porque entonces ya estaría hablando conmigo mismo, pero el caso es que lo instalé y me puse a ello.

Y sí, en menos de una semana (tras mi «mes sin videojuegos») ya lo tengo más que finiquitado y listo para el despegue.

Queda claro, entonces, la grandísima diferencia de dificultad y duración con respecto al primero. ¿En qué más cosas se diferencian? Lo veremos después de la publicidad.

Ya estamos de vuelta. Antes de decir en qué se diferencian, vamos a hablar de los rasgos que comparten. Es decir, Commandos 2 es un juego de estrategia en tiempo real, con mucha dosis de «tactiquear» y poca de acribillar nazis/japos (en teoría).

Para las misiones contamos con la cooperación de nuestros 8 soldados (dos más que en Commandos 1), los cuales serán enviados a distintas misiones durante la Segunda Guerra Mundial, con el objetivo de neutralizar ellos solos a poblados enteros de gente mala que cuando te ve dice cosas en otro idioma y que supongo que son alemanes y japoneses porque unos hablan en alemán y otros en japonés la mayor parte del tiempo.

Centrándonos en la parte importante de toda esa frase, los dos nuevos Commandos son un ladrón muy rápido y con la capacidad de escalar o abrir puertas, y una «espía» que puede pasar inadvertida entre las tropas enemigas, e incluso distraerlos. Es decir, igual que el espía, pero con la ventaja de que sabe usar el rifle de francotirador. Igualmente yo no se lo pongo porque no me fío de una mujer francotiradora, ya tuve suficiente con Sniper Wolf. Esta señorita también aparecía en la expansión de Commandos 1, de la que no os he hablado nunca ni pienso hacerlo.

Hay que destacar enormemente la modificación en el sistema de «habilidades» de los Commandos. Mientras que en el primer juego la variedad de acciones disponibles de cada uno era bastante limitada, aquí no solo podrán hacer muchas cosas sino que además habrá cosas que pueda hacer más de uno, por lo que nos encontraremos con casos en los que en una misión hay cuatro personajes y solo usemos dos.

Los cambios que recuerde como más importantes son la capacidad de noquear de un puñetazo a enemigos, amordazarles, cargar con su cuerpo para ocultarlo (con casi cualquier personaje, antes nadie sabía noquear y solo el Boina Verde podía transportar cadáveres). También tenemos la posibilidad de robar las armas de los enemigos caídos, y agregarlos a nuestro inventario como si del Diablo II se tratara. Lo normal es que empecemos una misión con un cuchillo yendo sigilosamente y la acabemos con el inventario a rebosar de armas y munición disparando a todo lo que se mueve. Y bueno, muchas cosas nuevas pero que si me pongo a enumerarlas me quedo solísimo y tampoco es plan, luego ya si eso ya.

La conclusión de todo lo anterior es que el juego ha pasado de ser super jodido (Commandos 1, digo) a ser más fácil que matar un Alagar con el ataque The End de Selphie. Una progresión solo comparable a la del Barcelona en La Liga.

Pero cuando digo que es MUY FÁCIL no lo digo solo porque sea fácil sino porque es MUY fácil, de ahí que haya dicho que es MUY FÁCIL y no haya dicho que es FÁCIL, o incluso podría haber dicho que es DIFÍCIL, pero no lo es. Commandos está diseñado para ser un juego de pensar, y en Commandos 2 solo piensas dónde apostar a tus soldados. «Apostar» de «poner en un sitio apuntando hacia una direción», no que te los juegues a la ruleta. Otra cosa nueva, por cierto. Los pones en una esquina apuntando hacia un sitio y todo el nazi/japo que asome la cabeza gana un viaje al corral de los quietos, especialmente si tienes un fusil, capaz de derribar 15 tíos de 15 disparos a una velocidad de 2 o 3 disparos por segundo. Vamos, que es más fácil pasarte las misiones disparando que buscando puntos de no-visión y aprovechando la mínima ocasión de despiste para acuchillar al enemigo.

Otro ejemplo de lo fácil que es este juego, y que me lo dijo un amigo (lo comprobé y es cierto), es que puedes montar al espía en un vehículo, llevando un traje de oficial para que no te reconozcan, y atropellar a todos los que veas. Cuando lo atropellas se te quita el traje pero si le das corriendo a su tecla correspondiente se lo vuelve a poner y como si nada hubiera pasado. Probadlo en la última misión y flipad.

Si además de ser fácil le sumas que solo tiene 10 misiones, entenderéis por qué me lo he pasado en tan poco tiempo.

Si puedes soportar la idea de que es un juego muy fácil y aún así te motiva el hecho de vacíar el escenario de puntitos rojos (que en el mapa simbolizan a un enemigo), te vas a encontrar con un juego tremendamente entretenido. Porque si este juego, siendo así, fuera difícil, sería una puta desesperación (teniendo en cuenta que los escenarios tienen unas 50 veces más el número de soldados de las misiones de Commandos 1), así que a veces se agradece la facilidad. Y no sé, a mí se me pasan las horas volando ya sea usando el cuchillo o el fusil, limpiando no solo las calles, sino los edificios (se puede entrar, grandísima novedad).

Los escenarios son mucho más grandes y con gráficos ultra-mejorados, la banda sonora es la hostia, y los personajes siguen teniendo frasecillas que repiten cada 2 por 3 (mucho peores que las del 1, todo sea dicho), así que os aseguro que lo único que echaremos de menos del Commandos 1 es el reto que supone completarlo, porque en diversión y entretenimiento están casi a la par. Luego ya es cuestión de gustos, claro.

En cada misión podemos encontrar una foto, que está dividida en cachitos escondidos por todo el mapa. Si completamos la foto, desbloqueamos otra misión extra, por lo que se podría considerar que en total hay 20, pero son más bien mini-misiones sin mucho fuste. Aunque todo lo que sea alargar este juego es bienvenido.

Y hasta aquí el análisis del que a día de hoy es, para mí, el tercer mejor juego español de todos los tiempos. Todo un ejemplo de cómo hacer un juego de estrategia en tiempo real, y sin sentir estar plagiando a 400 juegos de su género. Un juego que si no fuera por su penosa dificultad (cuando sabes jugar, claro, eso hay que puntualizarlo) sería casi perfecto, dentro de su estilo, lo mires por donde lo mires. Quizá se le podría pedir algo más de historia, dejando el tema de la Segunda Guerra Mundial como contexto más que como trama principal, que está muy vista. Pero bueno, eso ya es mucho pedir; de momento me conformaré con instalar el Commandos 3.